Por: Susana Oviedo.

Experta. Paula Soto M. es directora en la Secretaría de Mujeres de Cuidad de México.

Paula Soto vino a Asunción, invitada por Semillas para la Democracia, a fin de compartir con un grupo de mujeres paraguayas las acciones que han realizado en México para lograr la paridad de género en la vida democrática del país. Ella tiene a su cargo la Dirección de Igualdad Sustantiva en la Secretaría de las Mujeres del Gobierno de Ciudad de México. Desde esa instancia forman y capacitan a toda la administración pública del gobierno de la ciudad en temas como perspectiva de género, masculinidades, derechos humanos, derechos de las niñas y las mujeres, acceso a la justicia con perspectiva de género y presupuesto desde esta misma perspectiva. “Hoy no se puede presentar en el país y en la ciudad de México un presupuesto público que no contenga la perspectiva de género y la atención a las niñas y a las mujeres”. Un principio que tiene garantizado en las leyes nacionales y locales. “No hay gobierno estatal y marco normativo que no integre la perspectiva de género como obligación del Estado”, cuenta. 

–Considerando su experiencia de ex diputada, ¿de qué manera se vive la violencia política en el ámbito legislativo?

–La violencia política está presente todos los días. En México ya tenemos el principio de paridad garantizado en la Constitución y en nuestras leyes electorales. Pero eso no nos garantiza estar libres de violencia política. Desde el Congreso, desde las campañas, desde la administración pública, de la militancia en el partido político, desde cualquiera de los ámbitos en los cuales nos desarrollamos se vive y se sufre todos los días la violencia política, en cuerpo de mujer o cuerpo de hombre, pero todos los días, porque estamos habituados a las violencias. Lamentablemente, como sociedad hemos normalizado las violencias. Más en la política. Hay quienes asumen que la política es un combate por el poder, una guerra. Entonces, justifican el uso de la violencia de manera verbal, física, patrimonial, económica, emocional. La que sea, y como diputada la sufrí.

–¿Las mujeres están más expuestas a estas violencias?

–Estamos más expuestas y la violencia política que se ejerce en contra de los hombres y las mujeres tiene sus particularidades cuando se ejecuta en contra nuestra por el hecho de ser mujeres. Cuando te dicen: “estás demasiado bonita para dedicarte a la política o, ¿qué vas a hacer con tus hijos ahora que te estás postulando a un cargo?

–¿Es necesaria una legislación específica para abordar este tipo de violencia?

–Sin duda. Se necesita un marco normativo fuerte que nombre las cosas. Lo que no se nombra no existe. Si no nombramos los fenómenos como se dan en nuestra sociedad no vamos a lograr atender las consecuencias de esos fenómenos. No podemos seguir normalizando las violencias. Ninguna, y tampoco la violencia política, que es una estrategia del poder masculino para impedir la incorporación de las mujeres al poder público, a la toma de decisiones, No nos quieren ahí. Todos los días nos están diciendo: “Este no es tu lugar, aquí no te corresponde. Vete y atiende las cosas que son propias de las mujeres”. Pero nosotras tenemos el mismo derecho de participar de los asuntos públicos y del poder político porque somos más de la mitad de la población.

–¿En su país tienen ya una legislación contra la violencia política?

–Ya logramos tanto paridad y el reconocimiento de la violencia política como un delito electoral, incluso si se encuentra responsable de violencia política alguna persona y el hecho amerita una sanción. Además de la multa económica, la sanción máxima que se puede aplicar es la pérdida de tus derechos políticos para participar como candidato en la próxima elección.

–¿Cómo han encarado la violencia política dentro de los partidos políticos?

–Estoy hablando como Paula Soto, no como funcionaria, y respondiendo a su pregunta, los partidos políticos son el dique para la participación política de las mujeres, para el avance en los derechos políticos, pero a la par, son la única vía para lograr cambios. En esa disyuntiva y en esa contradicción nos encontramos. A las mujeres nos toca cambiar los partidos políticos desde adentro. Tenemos que intervenir la vida interna de los partidos y modificarlos desde adentro. Necesitamos mucho valor, mucha tenacidad, organización, alianzas estrategia, encontrarnos entre nosotras. Eso fue lo que sucedió en México. Teniendo diferencias sustanciales importantes, dejaron de lado estas, se pusieron de acuerdo en lo que correspondía a la garantía y defensa de sus derechos políticos de ciudadanas y se dispusieron a cambiar sus partidos políticos, exigiéndoles que las tomaran en cuenta. Esto se logró con mujeres en los gobiernos, en los partidos políticos, en los poderes del Estado, en la sociedad civil y en organismos internacionales y mujeres empresarias. Todas las mujeres que estuvieran ocupando o no un espacio, nos unimos y logramos alcanzar los avances que hoy tenemos en mi país

–¿Le llama la atención que aparezcan grupos antiderechos que se oponen a todo lo que suene perspectiva de género hasta en los tratados internacionales?

–En México también existen. No hemos llegado al grado que haya legisladores que exijan la eliminación de la palabra género de los tratados internacionales o de los instrumentos que utilizamos. Sí, tengo conocimiento de lo que menciona, y evidentemente no coincido con ello. La perspectiva de género es una metodología de análisis, de intervención. No tiene ninguna otra intención, más que analizar la política pública para garantizar la incorporación de la agenda de derechos de todas las personas a los marcos normativos, a la acción pública. Creo que lo que acompaña a esta postura, lamentablemente, es una profunda ignorancia respecto para lo que funciona y sirve la perspectiva de género. Ojalá quienes están proponiendo estos cambios se den la oportunidad de leer, discutir, y debatir de cara a la ciudadanía estas posturas con personas que hemos trabajado la perspectiva de género durante muchos años. Porque, además, este no es un concepto nuevo, no es que haya surgido ayer. Es un tema que nos ha ayudado a estudiar lo público y lo privado, las relaciones entre los hombres y mujeres para saber de qué manera tenemos que atender las desigualdades tan profundas que existen.

–¿Qué opina respecto a los que dicen que las mujeres no necesitan de una ley para participar en política?

–Los argumentos son los mismos que las mujeres no quieren participar, que no hay suficientes mujeres, no están capacitadas. Es como si por el hecho de haber nacido hombres, lo hicieron con la Constitución bajo el brazo, y por el hecho de haber nacido mujeres, lo hicimos con la cacerola debajo del brazo. Y eso no es cierto. Todos y todas tenemos el mismo derecho, incluyendo el de participar en los asuntos públicos de tu país.

Perfil

Paula Soto es politóloga, política y feminista Se dedica a la defensa y promoción de los derechos políticos, económicos y sociales de las mujeres. Ex diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal por el Partido Acción Nacional. Fue Directora de Participación Social y Política en el Instituto Nacional de las Mujeres donde impulsó la paridad de género y la creación del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en México. Es política y feminista.