lunes 08 de julio de 2024 - Edición Nº2042

Derechos Humanos | 17 oct 2023

Mujeres Rurales de México.

Mujeres rurales en México enfrentan el desafío de derribar las brechas existentes

En México, de los 61.5 millones de mujeres, 23% habitan en localidades rurales. De ellas, el 13.3% se dedican a la agricultura, ganadería, silvicultura, caza o pesca, sectores en los que se enfrentan a condiciones laborales y de vivienda precarias, y viven brechas y violencia de género de manera exponencial.


Por: Agencia InnContext

Empoderamiento de Mujeres Rurales en México.

En México, de los 61.5 millones de mujeres, 23% habitan en localidades rurales. De ellas, el 13.3% se dedican a la agricultura, ganadería, silvicultura, caza o pesca, sectores en los que se enfrentan a condiciones laborales y de vivienda precarias, y viven brechas y violencia de género de manera exponencial. El 15 de octubre se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural como un esfuerzo por reconocer su relevancia y contribuciones en la agricultura, la seguridad alimentaria, y la lucha contra la pobreza. 
 

Se estima que alrededor de 2.5 millones de personas trabajan en la industria agrícola en México, por lo regular migrando de los estados del sur hacia el norte. De estas, según el INEGI, 17 de cada 100 son mujeres. En Estados Unidos, esta cifra asciende el 32% del total. Sin embargo, solamente el 3% de los accesos a las deseadas visas temporales para el trabajo agrícola en EEUU son otorgados a mujeres. Esta cifra se repite cuando hablamos del acceso al Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT) entre México y Canadá para mujeres migrantes. 
 

A su vez, hay que considerar los retos a los que la población general de personas migrantes en el sector agrícola se enfrenta, como la discriminación en el reclutamiento, falta de salarios dignos y prestaciones, o abusos y malos tratos por parte de los empleadores. Sumados a ellos, debido a la precariedad de las condiciones laborales y de vivienda en estos espacios y los contextos socioculturales, las mujeres se enfrentan a otros tipos de abusos y violencias de género, al tiempo que cargan con las tareas de cuidado de sus hogares y comunidades. Según INMUJERES, el 96.9% de las mujeres que se dedican al sector agrícola y pesquero realizan actividades no remuneradas como los quehaceres domésticos, el cuidado de personas, y el acarreo de leña y agua para sus hogares. 
 

Las condiciones en las que viven tantas mujeres en el sector agrícola han derivado en la organización de grupos que buscan denunciar violencias y discriminación, y hoy luchan por los derechos de las mujeres en el campo. Rocío Ramírez comparte sus experiencias como jornalera migrante de Ayotzinapa, Guerrero, a Sinaloa, esto como parte de la campaña de #EllasHablan, impulsada por el proyecto Periplo. 
 

“La paga depende de lo que uno corta. Si cortas 2 cajas, eso es lo que te pagan. Una caja grande de 36 libras viene costando 12 pesos, y cuando una aún no sabe cortar, hace 5 cajas al día. Imagínate cuánto vas a ganar. […] Gracias a Dios, al menos yo y mis hermanas, con lo poco que aprendimos del español, ya no dejamos que nos maltraten y nos traten como ellos quieren porque no es justo, yo sé que tengo derecho y mis derechos deben ser respetados. […] Nosotros planeamos junto con otras comunidades de Guerrero exigir un salario mínimo de $300 pesos al día por jornalero, pero para ellos es demasiado, cuando a nosotros apenas nos alcanza para comer. Nos dicen que ¿por qué tanto? Pero eso no es tanto, es lo mínimo.” 
 

Diana Fernández de Xilitla, San Luis Potosí, cuenta sobre su experiencia al decidir migrar en tres ocasiones a Estados Unidos para trabajar en el campo y la falta de claridad a la que se enfrentan sobre las condiciones de trabajo. Aunque estas oportunidades pueden implicar ingresos más altos comparados al mercado mexicano, en muchas ocasiones se enfrentan a condiciones que violan sus derechos humanos y laborales. 
 

“Yo veía que estudiar la universidad se me tornaba más difícil económicamente año tras año, entonces llegó un momento en el que dije – Estados Unidos o la universidad - y opté por irme a Estados Unidos. […] Nos dieron el contrato y lo firmamos, pero no se nos explicó muy bien. Entonces realmente no se nos presenta la realidad del trabajo en Estados Unidos. […] Si realmente nos dijeran cómo va a ser el trabajo allá, nos pondríamos a exigir, o nos regresaríamos porque para qué ir allá a “las mismas” que en México, mejor nos quedamos.” 
 

Es importante ampliar las conversaciones sobre el papel que juegan las mujeres en el campo y visibilizar los retos y las brechas que aún existen y a las que se enfrentan en sus labores y dinámicas diarias. Existe una enorme necesidad de generar conciencia para exigir condiciones laborales que no vulneren los derechos humanos de nadie, y cuando se trata de mujeres en uno de los sectores más invisibilizados en este aspecto, queda un camino particularmente largo por recorrer. 
 

Para conocer más sobre historias de vida de mujeres en el campo, visita https://proyectoperiplo.org/videos/ 

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