Por: Elena Enciso, Itauguá Poty

Con la producción orgánica buscan crear conciencia sobre consumo natural.

El túnel de árboles tupidos y el verde intenso e infinito da la bienvenida a la travesía en Itauguá Poty, un emprendimiento agroecológico, en el límite de Itauguá con Areguá (Kokue Guazú, tramo 17 de Setiembre), donde se plasma la permacultura (sistema agrícola, natural).

La lluvia de pronto se asoma y cae con fuerza. El refugio seguro es ahora la vivienda instalada en medio del bosque, una estructura geodésica con el techo externo totalmente cubierto por la planta herbácea tradescantia y las paredes de tierra colorada.

Adentro se imponen el bambú, materiales reciclados adaptados al clima tropical y ventanas transparentes de vidrio que permiten contemplar la vegetación que rodea la casa. De fondo suena Porcelain, una canción de Moby.

Bajo este ambiente, entre la iluminación natural que ingresa y la luz cálida de un velador, Elena Enciso carga en los distintos frascos la miel de abeja cosechada en el lugar. En la mesa también hay envases para las mermeladas de la flor de rosella y mburucuyá.

En otro espacio, un joven junta las semillas de kuratû, y en la cocina, Nicolás Silva, también gestor del lugar, prepara gaseosas naturales.

“Este emprendimiento nace porque siempre tuvimos amor hacia la naturaleza. Entonces, Gabriel, mi esposo, compró esta propiedad y empezó a trabajar la tierra haciendo mejoramiento del suelo y en parte reforestación. La intención inicial siempre fue construir de forma natural, tener un espacio verde. Empezamos a hacer todo el compostaje y humus de lombriz, con desechos de frutas de una empresa que produce jugos”.

“Cuando ya hicimos todo el mejoramiento del suelo, probamos qué especies crecían mejor. Empezamos a tener una producción que ya daba como para compartir. Entonces empezamos a ofrecer combos a nuestros amigos, a los vecinos. Y así fue creciendo”, relata Elena, quien es además arquitecta.

El diluvio empieza a dar tregua, el tiempo se despeja. Entonces la actividad, en el predio de cuatro hectáreas, se traslada a la huerta. Aquí se pueden encontrar más de 20 especies, cada una con distintas variedades (ver infografía). Son tanto nativas como introducidas de distintas partes del mundo.

En el sector también están los depósitos de abono. Varios de estos productos luego son procesados artesanalmente, como el caso de la cúrcuma en polvo, las mermeladas y los refrescos de distintas frutas.

“Un poco la idea es concienciar al consumidor, que se pueda acercar al productor o al lugar de producción; que venga a conocer a quién está produciendo, cómo se está produciendo, a cosechar, a ver cómo se siembra, cómo se cultiva de esta manera”, señala a su turno Nicolás, quien se declara como permacultor.

Visitas. Hoy domingo, el establecimiento abre sus puertas al público. De 10:00 a 11:00 habrá charla gratuita sobre humus y compostaje, también se podrá vivir la experiencia de la cosecha de huerta, para adultos y niños, además de recorrido por el bosque. En la tienda habrá productos artesanales y comidas de la huerta sobre pedido. Las visitas en Itauguá Poty son solo con agendamientos previos. Los contactos son: (0981) 253-063 y (0981) 909-602.

“Es mostrar todo el ciclo del lugar: vivir en el espacio, alimentar a la tierra, a las personas y al espíritu”, concluye Elena.

La alimentación un poco más consciente, agroecológica, fue también lo que nos impulsó. Elena Enciso, Itauguá Poty