miércoles 03 de julio de 2024 - Edición Nº2037

Medio Ambiente | 20 mar 2024

Niveles altos del cambio climático

Indicadores del cambio climático alcanzaron niveles sin precedentes en 2023

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) lanza un informe que confirma que 2023 fue el año más cálido desde que existen registros. Además, se batieron récords con respecto al calor oceánico, el aumento de nivel del mar, la pérdida de hielo marino antártico y el retroceso de los glaciares.


Por: Agencia InnContext

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) lanza un informe que confirma que 2023 fue el año más cálido desde que existen registros. Además, se batieron récords con respecto al calor oceánico, el aumento de nivel del mar, la pérdida de hielo marino antártico y el retroceso de los glaciares.
En relación a América Latina y el Caribe, el informe destaca que en 2023, la mayoría de las zonas terrestres fueron más cálidas que la media de 1991-2020. En América Latina, se registraron temperaturas inusualmente cálidas en México y América Central, así como en extensas zonas de América del Sur.

En cuanto a las temperaturas de la superficie del mar, algunas zonas registraron un calor excepcional en relación con la línea de base 1991-2020. Ese fue el caso del Golfo de México y el Caribe.

De julio a septiembre de 2023, la marca de El Niño fue claramente visible, con un nivel del mar por encima de la media, desde el Pacífico Tropical medio hasta las costas de América Central y del Sur. Igualmente, El Niño influyó en los regímenes de lluvias regionales: condiciones más secas de lo normal desde el sur de México hasta el norte de Sudamérica y condiciones más húmedas de lo normal en partes de Chile. De hecho, las regiones con un marcado déficit de precipitaciones fueron: el sudeste de Sudamérica, la cuenca del Amazonas y gran parte de Centroamérica.

En relación a los impactos socioeconómicos en América Latina y el Caribe, se destaca que la mayor pérdida económica registrada por un solo evento en 2023 fue la causada por el huracán Otis, que azotó la costa del Pacífico de México a finales de octubre. El huracán causó una destrucción generalizada en Acapulco y sus alrededores, con pérdidas económicas estimadas en unos 15.000 millones de dólares. Se le atribuyeron al menos 47 muertes y otros 32 desaparecidos, la mayoría en el mar.

La sequía de larga duración se intensificó en muchas zonas de Centroamérica y el norte de Sudamérica. Entre las zonas de sequía más significativas se encuentra el norte de Argentina y Uruguay. Las precipitaciones de enero a agosto de 2023 fueron entre un 20% y un 50% inferiores a la media en gran parte del norte y centro de Argentina, y algunas regiones experimentaron su cuarto año consecutivo de precipitaciones significativamente inferiores a la media. En Uruguay, las reservas de agua alcanzaron niveles críticamente bajos, lo que afectó gravemente a la calidad del abastecimiento de los principales centros, incluido Montevideo, aunque la situación mejoró ligeramente a partir de agosto. Aunque las condiciones de sequía en las zonas subtropicales de Sudamérica se suavizaron a finales de año, la sequía se intensificó en muchas partes del interior del continente, incluidas amplias zonas de la cuenca del Amazonas. Ocho estados brasileños registraron las precipitaciones más bajas de julio a septiembre de 2023 en más de 40 años. El río Negro en Manaos alcanzó un nivel mínimo histórico (las observaciones comenzaron en 1902) el 26 de octubre, 0,93 m por debajo del récord anterior establecido en 2010.

En 2023, una producción récord de maíz en Brasil compensó cosechas inferiores a la media en otras partes de Sudamérica debido a prolongados periodos de sequía, especialmente en Argentina, donde se espera que las condiciones de sequía provoquen un descenso del 15% en la producción de cereales en comparación con la media quinquenal. El regreso de El Niño en 2023 tuvo consecuencias adversas en todo el ciclo de cultivo del maíz en América Central y en las zonas septentrionales de América del Sur, donde el déficit hídrico y las altas temperaturas han reducido tanto la superficie de siembra como los rendimientos, con repercusiones negativas agravadas en la producción final, en particular para los pequeños agricultores y los hogares más vulnerables del Corredor Seco. Vale recordar que el maíz es una de las principales fuentes de alimento en Centroamérica.

Durante la segunda parte de la temporada, las tormentas tropicales y las lluvias torrenciales inesperadas perturbaron el crecimiento normal de los cultivos en algunas zonas cercanas a la costa del Pacífico de América Central. En Haití, la irregularidad de las precipitaciones estacionales, incluidos los períodos de precipitaciones de gran intensidad, contribuyeron a disminuir la producción de cultivos primarios.

 

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