sábado 07 de junio de 2025 - Edición Nº2376

Internacionales | 4 mar 2025

Época del capitalismo tecnológico

Humanizar y despertar en la época del capitalismo tecnológico

Las propuestas de transformación social actuales de un futuro con justicia, con igualdad de derechos para todos los seres humanos, con reconocimiento de la diversidad humana, tan interesantes y que se van manifestando con mayor o menor potencia.


Por: ivan novotny. Fuente: Agencia Pressenza.

(Imagen de Wonderlane/Flickr)

Las propuestas de transformación social actuales de un futuro con justicia, con igualdad de derechos para todos los seres humanos, con reconocimiento de la diversidad humana, tan interesantes y que se van manifestando con mayor o menor potencia, en las cuales nos involucramos activamente quienes nos indignamos con el estado actual de las cosas, necesitamos que incluyan en su proyecto el despertar de la conciencia humana y de un nuevo espíritu humano, con la correspondiente construcción de nuevas subjetividades de las personas como punto esencial.

Porque si el capitalismo está metido en la cabeza de las personas, nos tenemos que preguntar cómo transformamos esos valores para construir una nueva sociedad. Cómo superamos los deseos más oscuros de acumulación de poder, de dinero, de ascenso a toda costa en la conciencia de los seres humanos.

Porque el capital acumulado se ocupa muy bien de influir en esas subjetividades de los pueblos en función de sus intereses. Mediante sus potentes medios, redes de comunicación y propaganda amplificados a escalas exponenciales con el desarrollo tecnológico actual, logran que amplios conjuntos sociales voten, consuman, opinen, se relacionen, se movilicen o inmovilicen, se despoliticen, según los intereses de ese gran capital financiero, internacional y tecnológico. O sea, logran que los pueblos se muevan en contra de sus propios intereses como pueblo.

¿Cómo construimos una fuerza desde la cual generemos otra subjetividad humanizadora en nuestros pueblos? ¿Cómo logramos que a partir de esas nuevas subjetividades se genere una nueva forma de organización social verdaderamente humanizadora?

En este momento de exponencial avance tecnológico en las comunicaciones, ¿cómo utilizamos todos esos recursos para el despertar espiritual, el despertar de una conciencia humana más lúcida y noviolenta?

Es esta una invitación a reflexionar sobre cómo humanizamos en esta era del capitalismo tecnológico en que se han diversificado tanto las formas de organización social, las relaciones humanas, las luchas sociales, las formas de comunicación. Todo es desestructurado, diverso, heterogéneo, acelerado.

En ese contexto, las formas de organización como las conocíamos en el siglo XX han cambiado notablemente. Del partido político tradicional, al sindicato, las organizaciones verticalistas, estructuradas y rígidas, quedan sólo vestigios. Y aquellos que perduran se encuentran en general presas de internas, inmovilidad, falta de propósito.

Entonces, es necesario repensar cómo humanizamos en este mundo del primer cuarto de siglo XXI en que la hipercomunicación, el avance descontrolado de la inteligencia artificial, la sobrecarga de posibilidades de consumo de información, se conjugan con la masificación de la pobreza, la quita de derechos esenciales para grandes conjuntos humanos, el despojo de un futuro digno para las nuevas generaciones, las guerras, invasiones y genocidios, la crueldad más grosera desde los discursos del poder, el ecocidio, las migraciones masivas, entre otras grandes problemáticas actuales de esta crisis general del presente.

En esta época del capitalismo tecnológico internacional, sin territorio, en que grupos de inversores y personajes racistas y crueles pasan por encima de Estados nacionales, soberanías, diversidades humanas, la invitación a la reflexión es cómo nos adaptamos crecientemente a este contexto de aceleración, para desde ahí humanizar, rescatando lo esencialmente humano y produciendo un despertar de la conciencia, el despertar del nuevo espíritu humano, superando progresivamente el dolor y el sufrimiento en cada uno y en las poblaciones.

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