

Por: Redacción Central.
El martes, el partido gobernante de Hungría presentó un proyecto de ley en el Parlamento que representa un ataque sin precedentes, no solo al tejido democrático húngaro, sino también a los valores fundacionales de la propia Unión Europea.
Si bien se presenta como una medida de "financiación extranjera" y "protección de la soberanía", el proyecto de ley es en realidad un arma política contundente, diseñada para silenciar toda forma de expresión crítica en el período previo a las elecciones parlamentarias de 2026.
Durante años, los informes de Liberties sobre el Estado de derecho han documentado cómo, bajo el mandato del primer ministro Viktor Orbán, Hungría ha desmantelado sistemáticamente las instituciones democráticas. La corrupción sistémica, la transformación de los medios públicos en propaganda, la erosión de la independencia judicial y la persecución de la sociedad civil y las comunidades LGBTQI+ se han convertido en características habituales del régimen.
Pero este proyecto de ley recién presentado marca una escalada alarmante. En esencia, otorgaría al gobierno amplios poderes para clausurar cualquier organización que considere "de influencia extranjera" o crítica con el Estado, incluyendo grupos de la sociedad civil, medios de comunicación independientes e incluso empresas privadas. Constituye un ataque directo al Estado de derecho, al pluralismo político y a la libertad de expresión, lo que podría abrir la puerta a que otros Estados miembros de la UE adopten medidas similares y desmantelen sistemáticamente el espacio operativo y la existencia misma de las organizaciones independientes de la sociedad civil en toda la Unión.
Balazs Denes, Director Ejecutivo de la Unión de Libertades Civiles para Europa, afirmó:
Con el partido de Orbán perdiendo posiciones en las encuestas y la oposición ganando terreno, esta propuesta parece tener como objetivo despejar la esfera pública de disidencia antes de las próximas elecciones nacionales. Las disposiciones del proyecto de ley no solo son autoritarias, sino que constituyen un flagrante abuso del derecho de la UE y contradicen fundamentalmente los principios de democracia, transparencia y derechos humanos.
De aprobarse, esta ley borraría prácticamente lo que queda del espacio democrático de Hungría. Y si la Comisión Europea, los gobiernos de la UE y las instituciones internacionales lo permiten, estarán permitiendo un giro autoritario al estilo de Putin, dentro de la Unión Europea.
Liberties insta a la Comisión Europea y a los gobiernos de todos los Estados miembros de la UE a que se pronuncien con la mayor firmeza posible contra esta propuesta. Les instamos a que tomen todas las medidas posibles para garantizar que este ataque a los valores fundamentales de la UE no se convierta en ley.