

Por: Fuente: Europa Press
La líder de la oposición en el Reino Unido, la diputada conservadora Kemi Badenoch, se declaró «patidifusa» por la batería de acuerdos anunciados entre el Gobierno británico y la Unión Europea, ya que considera que implica «volver a la casilla de salida» en lugar de aprovechar las «oportunidades» que supuso el Brexit.
El lunes, el primer ministro británico Keir Starmer y los presidentes del Consejo Europeo, António Costa, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen sellaron en Londres el compromiso de abrir un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, cinco años después de la ruptura del Brexit, con garantías de acceso de la flota europea a los caladeros británicos a largo plazo, hasta junio de 2038, y una asociación estratégica en materia de seguridad y defensa. Las bases del acercamiento negociado en los últimos meses, sin embargo, dejan fuera la negociación sobre Gibraltar, que sigue sin un marco formal desde la salida británica de la UE.
«Pasamos página y avanzamos hacia una nueva asociación estratégica», valoraron fuentes europeas, que confirman un acuerdo de los 27 a primera hora del lunes para dar luz verde a los textos negociados contrarreloj por los negociadores de la UE y de Reino Unido, a tiempo para el arranque de la cumbre.
A falta de conocer los detalles, los acuerdos de este lunes garantizan un nuevo marco de cooperación en defensa y seguridad que formaliza el acercamiento entre la UE y Reino Unido en los dos últimos años en cuestiones como los esfuerzo para una paz en Ucrania o la necesidad de reforzar la defensa europea en el contexto geopolítico, incluido el alejamiento de Estados Unidos.
Una de las claves de esta cooperación es el compromiso de la UE de abrir la puerta de su nuevo plan para rearmar Europa con 150.000 millones en préstamos, un programa rebautizado como ‘Safe’ y al que las empresas británicas podrán ahora acceder, aunque los detalles están por definir en acuerdos bilaterales. Reino Unido también podrá sumarse a las compras conjuntas de este programa, aunque queda por definir en pactos más desarrollados, por ejemplo, su contribución financiera.
La conservadora Kemi Badenoch, a todo esto, consideró que los avances en el régimen de comercio emisiones de carbono supone «aceptar los precios» de la UE y se traducirá en «facturas de electricidad más altas» para la ciudadanía británica, mientras que para el acuerdo relativo a los derechos de pesca habla abiertamente de «traición» al sector.
En este último punto, ha reconocido que las administraciones anteriores, controladas por el Partido Conservador, sí hicieron «concesiones» frente al bloque europeo, pero con la esperanza de «renegociar». Ahora, en su opinión, Starmer acepta «términos peores» que perjudican los intereses de los pescadores y comunidades locales.
«Es el fin de la industria pesquera», proclamó por su parte el diputado ultraderechista Nigel Farage, líder de Reforma y que precisamente debe gran parte de su auge político a los mensajes euroescépticos que esgrimió durante años al frente del Partido del Brexit.
El líder del Partido Nacional Escocés (SNP), John Swinney, también criticó los avances en materia de pesca y acusó al Gobierno central de no consultar con las autoridades de Escocia, al tiempo que lanzó el mensaje independentista: «Sólo la independencia nos dará asiento en la mesa de la UE para defender los intereses de Escocia».
En cambio, el líder liberal demócrata, Ed Davey, se burló incluso del rechazo del partido Conservador a los compromisos suscritos por Starmer con los presidentes del Consejo Europeo, António Costa, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y ha llamado a pasar página. «Las redes sociales parecen esta mañana un apocalipsis zombi de políticos ‘tories’ y secuaces de la derecha que echan de menos las guerras por el Brexit».
Es de hacer notar que tanto la Comisión Europea como el Reino Unido lanzaron otro paquete de sanciones contras Rusia en coincidencia con el acercamiento de Donald Trump como «negociador» ante Vladimir Putin para una negociación por la paz en Ucrania. Y la política de rearme europea contra el país euroasiático implica mayor unidad estratégico de la que el Brexit dejó.
alg con Europa Press y NA