lunes 09 de junio de 2025 - Edición Nº2378

Cultura | 9 jun 2025

Pensamiento de Hanna Arendt

La condición y naturaleza humana en el pensamiento de Hanna Arendt

10:28 |Hace tiempo en la búsqueda de referentes femeninos en la filosofía occidental encontré a Hannah Arendt, filósofa y teórica política (1906-1975), alemana por nacimiento y naturalizada estadounidense, hoy es ampliamente conocida por su vasta obra y legado en cuanto a temas relacionados con la violencia, el totalitarismo, la política, el autoritarismo, el mal, la libertad, la revolución y por supuesto la condición humana.


Por: Leticia González Escalona. Fuente: Agencia Pressenza

«La acción es la única facultad humana de hacer milagros.» Hannah Arendt

Hace tiempo en la búsqueda de referentes femeninos en la filosofía occidental encontré a Hannah Arendt, filósofa y teórica política (1906-1975), alemana por nacimiento y naturalizada estadounidense, hoy es ampliamente conocida por su vasta obra y legado en cuanto a temas relacionados con la violencia, el totalitarismo, la política, el autoritarismo, el mal, la libertad, la revolución y por supuesto la condición humana.

Su análisis tan profundo y exhaustivo sobre el tema del holocausto, expone las circunstancias que llevan a “ciudadanos honorables” a cometer atrocidades (1). Siendo ella judía, tuvo que huir de los nazis y de un campo de concentración en Francia durante la segunda guerra mundial.

Más allá de la influencia de Martin Heidegger, Husserl, y Jaspers quienes fueron sus mentores en su formación académica, Hannah Arendt es una pensadora de la posmodernidad por su narrativa atemporal que cuestiona toda verdad inmutable de los hechos con una perspectiva no lineal, al igual que Zygmunt Bauman (la sociedad líquida); como Theodor Adorno también abordó el tema del totalitarismo y como Gilles Lipovetsky (La era del vacío 2002) aborda el tema de cuerpo, el miedo a envejecer y el imperio de lo efímero, en Arendt la preocupación humana en lograr la longevidad más allá de los cien años. Sin embargo, la visión posmoderna -más bien pesimista- de la sociedad contemporánea, muestra una narrativa deshumanizada de las masas, como Sartre, Arendt pone de relieve la existencia y la libertad mientras que otros, como Ortega y Gasset, define la época actual como la “época del alma desilusionada” pero dando
señales de esperanza hacia una sociedad más justa y humana.

Arendt desarrolló además el concepto de vita activa (vida activa) en su obra La condición humana (2), publicada en 1958. En ella, analizó cómo se han entendido las actividades humanas a lo largo de la historia occidental.

El hipotético debate entre Hannah Arendt y Jürgen Habermas
Todo lo anterior, sirva de pretexto para entablar un debate hipotético entre Hannah Arendt y Jürgen Habermas quien nació en 1929 y fue un destacado miembro de la Escuela de Frankfurt quien expuso que la ética del discurso establece que las normas morales válidas deben ser el resultado de un acuerdo racional alcanzado en un proceso comunicativo, donde todos los participantes puedan expresar sus opiniones y argumentar.

Descripción del tema
Ideas principales del Libro La condición humana (autora: Hannah Arendt)

  • Los seres humanos somos seres condicionados.
  • La condición humana no es lo mismo que la naturaleza humana.
  • La vita activa se compone de «trabajo», «labor» y «acción».
  • Arendt defendió los ideales clásicos del trabajo, la ciudadanía y la acción política.
  • Arendt criticó que el debate haya relativizado la vita activa y la vita contemplativa (vida contemplativa).
  • Arendt presentó una visión principalmente negativa respecto de lo social.
  • Arendt consideraba que el nacimiento empieza la capacidad del hombre de realizar un nuevo comienzo.

La condición humana abarca más que las condiciones bajo las que se ha dado la vida al hombre. Los hombres son seres condicionados, ya que todas las cosas con las que entran en contacto se convierten de inmediato en una condición de su existencia […] la condición humana no es lo mismo que la naturaleza humana, y la suma total de actividades y capacidades que corresponden a la condición humana no constituye nada semejante a la naturaleza humana (Arendt, 2016: p. 23 y 24). En este sentido rompe con los determinismos filosóficos e ideológicos de la época. Más cercana al existencialismo y a la posmodernidad cuestiona el término naturaleza humana.

Discurso de Afirmación
La Condición humana no es natural.
Objetivo: Demostrar que la condición humana no es lo mismo que la naturaleza humana, y la suma total de actividades y capacidades que corresponden a la condición humana no constituye nada semejante a la naturaleza humana.
Afirmación: La Condición humana no es natural.
[Al igual que Hanna Arendt me es insuficiente la definición de la condición humana sin el contexto en el cual se inscribe la existencia humana].

Argumentación con Evidencias Demostrables
En el Prólogo de La condición humana Hannah Arendth dice que: “Desde hace algún tiempo, los esfuerzos de numerosos científicos se están encaminando a producir vida también «artificial», a cortar el último lazo que sitúa al hombre entre los hijos de la naturaleza. El mismo deseo de escapar de la prisión de la Tierra se manifiesta en el intento de crear vida en el tubo de ensayo, de mezclar «plasma de germen congelado perteneciente a personas de demostrada habilidad con el microscopio a fin de producir seres humanos superiores», y de «alterar [su] tamaño, aspecto y función»; y sospecho que dicho deseo de escapar de la condición humana subraya también la esperanza de prolongar la vida humana más allá del límite de los cien años.” (Arendt 1958 p.16) (3)

La concepción de ser humano en Silo y su paralelismo con Hannah Arendt
Encuentro una coincidente visión sobre la llamada condición humana de Arendt y la concepción humanista de Mario Rodríguez Cobos, pensador Argentino (1938) mejor conocido por su seudónimo como Silo, quien funda en 1969 una corriente de pensamiento y acción conocido como el Movimiento Humanista o Nuevo Humanismo en Latinoamérica y luego se expande a otras latitudes de Europa, África y Asia, quien define al ser humano no por su sociabilidad, ni por su biología o naturaleza: “Al mismo tiempo no podríamos definir al ser humano por su sociabilidad ya que esto no nos distingue de numerosas especies; tampoco por su fuerza de trabajo, [aunque Arendt hace alusión al trabajo, avizora la desaparición del mismo] ya que si nos comparamos con otras especies animales también dan muestras de fuerza de trabajo; ni siquiera el lenguaje define lo humano, porque sabemos de códigos y formas de comunicación entre diversas especies de animales. En cambio, al encontrarnos cada nuevo ser humano con un mundo modificado por otros y ser constituido por ese mundo intencionado, descubrimos su capacidad de acumulación e incorporación a lo temporal, el tiempo se externaliza, la consciencia se expande y el ser humano aprende a medir el tiempo, además sabe que hay un tiempo finito de vida, acumula memoria histórica a diferencia de los animales, descubrimos su dimensión histórico-social, su horizonte temporal y cultural, no simplemente social”. (4)

Evidencias basadas en los hechos
Las evidencias están dadas en los hechos: “verdades de hechos no de opiniones” (Arendt 1964) que refutan la idea de la naturaleza humana y que encuentro como la comprobación de que la condición humana no es lo mismo que naturaleza humana, y que dichas evidencias brillantemente expuestas, las he encontrado en el libro Cartas a mis amigos de Rodríguez Cobos, puntualmente en la Cuarta Carta a mis amigos  en el capítulo apertura social e histórica del ser humano, donde expone lo siguiente: “Si admitimos lo anterior, habremos de aceptar que ese ser [humano] puede transformar intencionalmente su constitución física. Y así está ocurriendo. Comenzó con la utilización de instrumentos que puestos adelante de su cuerpo como prótesis” externas le permitieron alargar su mano, perfeccionar sus sentidos y aumentar su fuerza y calidad de trabajo. Naturalmente no estaba dotado para los medios líquido y aéreo y sin embargo
creó condiciones para desplazarse en ellos, hasta comenzar a emigrar de su medio natural, el planeta Tierra. Hoy, además, está internándose en su propio cuerpo cambiando sus órganos; interviniendo en su química cerebral; fecundando in vitro y manipulando sus genes. Si con la idea de “naturaleza” se ha querido señalar lo permanente, tal idea es hoy inadecuada aún si se la quiere aplicar a lo más objetal del ser humano es decir, a su cuerpo” (Silo 1991) (5)

A lo largo de La condición humana, Arendt utiliza el concepto de cuerpo asociado a las tres actividades que conforman la noción de vita activa. Estas actividades configuran la complejidad de lo humano sólo en parte, puesto que la condición humana también se define a partir del ejercicio de la contemplación. Este ejercicio propiamente humano vinculado a la reflexión, comúnmente denominado por la tradición occidental como contemplación o vida contemplativa, implicaría según Arendt el pensamiento, la voluntad y el juicio. “Tradicionalmente, por lo tanto, la expresión vita activa toma su significado de la vita contemplativa; su muy limitada dignidad se le concede debido a que sirve las necesidades y exigencias de la contemplación en un cuerpo vivo” (Arendt 2014, p. 28). (6) “Con la expresión vita activa me propongo designar tres actividades fundamentales: labor, trabajo y acción. Son fundamentales porque cada una corresponde a una de las condiciones básicas bajo las que se ha dado al hombre la vida en la tierra. Labor es la actividad correspondiente al proceso biológico del cuerpo humano, cuyo espontáneo crecimiento, metabolismo y decadencia final están ligados a las necesidades vitales producidas y alimentadas por la labor en el proceso de la vida. La condición humana de la labor es la misma vida. Trabajo es la actividad que corresponde a lo no natural de la exigencia del hombre, que no está inmerso en el constantemente-repetido ciclo vital de la especie, ni cuya mortalidad queda compensada por dicho ciclo. El trabajo proporciona un «artificial» mundo de cosas, claramente distintas de todas las circunstancias naturales. Dentro de sus límites se alberga cada una de las vidas individuales, mientras que este mundo sobrevive y trasciende a todas ellas. La condición humana del trabajo es la mundanidad”. (Arendt 1958 p.20) (7)

Más adelante avizora el momento en que el ser humano sea liberado del trabajo: “La sociedad de trabajadores que está a punto de ser liberada de las trabas del trabajo, y dicha sociedad desconoce esas otras actividades más elevadas y significativas por cuyas causas merecería ganarse esa libertad”. (8) [Adelantada en su análisis pareciera que lo que expresa su pensamiento suena tan actual a la distancia en pleno siglo XXI]: “Pero pudiera ser que nosotros, criaturas atadas a la Tierra que hemos comenzado a actuar como si fuéramos habitantes del universo, seamos incapaces de entender, esto es, de pensar y hablar sobre las cosas que, no obstante, podemos hacer. En este caso, sería como si nuestro cerebro, que constituye la condición física, material, de nuestros pensamientos, no pudiera seguir lo que realizamos, y en adelante necesitáramos máquinas artificiales para elaborar nuestro pensamiento y habla. Si sucediera que
conocimiento en el moderno sentido de know-how y pensamiento se separasen definitivamente, nos convertiríamos en impotentes esclavos no tanto de nuestras máquinas como de nuestros know-how, irreflexivas criaturas a merced de cualquier artefacto técnicamente posible, por muy mortífero que fuera”. (Arendt 1958 p.16) (9)

Más próximo y quizás igualmente decisivo es otro hecho no menos amenazador: el advenimiento de la automatización, que probablemente en pocas décadas vaciará las fábricas y liberará a la humanidad de su más antigua y natural carga, la del trabajo y la servidumbre a la necesidad. También aquí está en peligro un aspecto fundamental de la condición humana, pero la rebelión contra ella, el deseo de liberarse de la «fatiga y molestia», no es moderna sino antigua como la historia registrada. La liberación del trabajo en sí no es nueva; en otro tiempo se contó entre los privilegios más firmemente asentados de unos pocos. En este caso, parece como si el progreso científico y el desarrollo técnico sólo hubieran sacado partido para lograr algo que fue un sueño de otros tiempos, incapaces de hacerlo realidad. (Arendt 1958 p.17) (10)

En la narrativa de Arendt subyace un cambio radical sobre la actividad humana: “La Edad Moderna trajo consigo la glorificación teórica del trabajo, cuya consecuencia ha sido la transformación de toda la sociedad en una sociedad de trabajo y que paradójicamente se trata de una sociedad de trabajadores que está a punto de ser liberada de las trabas del trabajo, y dicha sociedad desconoce esas otras actividades más elevadas y significativas por cuyas causas merecería ganarse esa libertad. Dentro de esta sociedad, que es igualitaria porque ésa es la manera de hacer que los hombres vivan juntos, no quedan clases, ninguna aristocracia de naturaleza política o espiritual a partir de la que pudiera iniciarse de nuevo una restauración de las otras capacidades del hombre”. (Arendt 1958 p.18) (11)

Discurso de refutación.
Objetivo: Contraponer la postura de Hanna Arendt frente a la postura determinista de Habermas sobre la condición humana y la naturaleza humana.
Las diversas corrientes de pensamiento filosófico han permitido la conformación de movimientos filosóficos como el Círculo de Viena y la Escuela de Frankfurt a esta Escuela de pensamiento pertenece Jürgen Habermas quien es uno de muchos críticos de Hannah Arendt: considera que sus distinciones conceptuales son excesivamente radicales, anacrónicas, utópicas, etc. 1 (Habermas 1983: 178) (12)

El cuerpo que poseemos nos es dado por la naturaleza, no por otros, no por nosotros mismos. Esta naturaleza interna, al darnos el cuerpo, nos otorga al mismo tiempo nuestra condición humana. El proceso contingente aludido es, para Habermas, un “presupuesto necesario para el poder ser sí mismo” (Habermas, 2002, pág. 25). (13)
Con un criterio mas cercano al determinismo Habermas afirma que: “Simultáneamente, con el cuerpo físico se da un cuerpo social, conformado por el mundo cultural. Ser un ser humano nacido es tener estos dos cuerpos mencionados: un cuerpo físico y un cuerpo que heredamos o que nos damos a nosotros mismos, culturalmente hablando. Ser 1 «Hannah Arendt: On the Concepto of Power (1976)», en Habermas, Philosophicalpolitical Profiles, trad. F.G. Lawrence, Cambridge, 1983, pp. 171-187. Op. Cit. humano es aceptar, tal cual, la contingencia de nuestra naturaleza corporal” (Habermas, 2002, pág. 25). (14)

Hannah Arendt

  • Considera que la condición humana es ser un ser condicionado, es decir, que todo lo que el ser humano hace o le dan se convierte en una condición de su existencia.
  • Cree que el ser humano es más que su naturaleza biológica, ya que existen otras condiciones que lo constituyen, como el lugar de nacimiento, la lengua, la pertenencia cultural, étnica o
    religiosa.
  • Cree que los derechos humanos no son derechos naturales, sino que son el resultado de la acción humana.
  • Cree que la dignidad humana requiere de una nueva garantía.

Jürgen Habermas

  • Cree que el cuerpo que poseemos nos es dado por la naturaleza, y que esta naturaleza interna nos otorga nuestra condición humana.
  • Cree que la naturaleza interna nos otorga al mismo tiempo nuestra condición humana.
  • Considera que los derechos humanos se orientan a la institucionalización y requieren un acto colectivo para formarse.

Habermas defiende la tesis que sostiene que siempre ha existido una conexión interna entre la noción moral de dignidad humana y la concepción jurídica de los derechos humanos, aunque ésta sólo se haya manifestado de manera explícita en el pasado reciente.

Algunos autores como Habermas reclaman a Hannah Arendt es que no posee ninguna referencia al Estado. En el mundo actual, lo político de Arendt sería una actividad excepcional, que raras veces se presenta, porque solamente en los márgenes de la democracia representativa podrían darse tales condiciones de acción. En este sentido Habermas refuta: «Un estado exonerado del manejo administrativo de los asuntos sociales, una política libre de todos los problemas de política social, una institucionalización de la libertad pública que es independiente de la organización del bienestar, y la formación radicalmente democrática de un consenso que pone un límite a la represión social -ello no es un camino concebible para sociedad moderna alguna” (15)

La preocupación por lo social, por las guerras, totalitarismo son pruebas de que Arendt se ocupaba con los modos mediante los cuales el hombre se comprende en el mundo y actúa para transformarlo.
Finalmente Retomo a Rodríguez Cobos, [quien me parece un hilo conductor del pensamiento de Hannah Arendt, a pesar de que ni pudo coincidir en tiempo y espacio, pues aunque a ella no le diera tiempo de refutarle a Habermas en su crítica hacia la condición humana puesto que ella falleció en 1975] si refuta a los defensores de la concepción de la naturaleza humana: “Y en lo que hace a una “moral natural”, o a “instituciones naturales” encontramos, opuestamente, que en ese campo todo es histórico-social y nada allí existe “por naturaleza”. Contigua a la concepción de la naturaleza humana, ha estado operando otra que nos habló de la pasividad de la conciencia. Esta ideología consideró al hombre como una entidad que obraba en respuesta a los estímulos del mundo natural, pero a diferencia de los animales el ser humano es capaz de diferir respuestas y de cambiar sus propios condicionamientos más allá de su biológica carga genética”. (16)

Como Arendt y Silo mi postura en contra el determinismo de Habermas cuya defensa del status quo, como reflejo de un Estado de naturaleza, me parece contrapuesta a la idea de la vita activa, que en esencia interpreto que se refiere a la consciencia activa a un modo en que la existencia humana se ubica en el mundo para transformarlo, razón por lo cual la condición humana no es natural.

 

Notas
(1) En 1961 en Israel, Eichmann acusado de conducir a miles de judíos al exterminio durante la segunda guerra mundial y que ante el tribunal declaró que solo cumplía con su deber. Hannah
Arendt había sido enviada como corresponsal de la revista estadounidense The New Yorker. Este hecho fue el motivo para escribir el relato sobre el juicio y la personalidad de Eichman que luego fue condenado a la pena capital y que derivó en un libro: Eichmann en Jerusalén, al que puso el subtítulo de Sobre la banalidad del mal.
(2) ARENDT Hannah. La condición Humana. 1958 Editorial Paidós. Buenos Aires Argentina la-condicion-humana-hannah-arendt.pdf
(3) Ibid Pag. 15

(4) RODRÍGUEZ Cobos Mario Cartas a mis amigos  La apertura social e histórica del ser humano. Plaza y Valdés. México 1991
(5) Ibid
(6 ) ARENDT Hannah. La condición Humana. 1958 Editorial Paidós. Buenos Aires Argentina p. 28 ibid
(7) Ibid
(8 ) Ibid
(9) Ibid
(10) Ibid
(11) Ibid
(12) «Hannah Arendt: On the Concepto of Power (1976)», en Habermas, Philosophicalpolitical Profiles, trad. F.G. Lawrence, Cambridge, 1983, pp. 171-187 op. cit.
(13) Op. Cit
(14) Op. Cit
(15) Op. Cit
(16) RODRÍGUEZ Cobos Mario. Silo. Cartas a mis Amigos. Cuarta Carta a mis amigos  La apertura social e histórica del ser humano. Plaza y Valdés. México 1991.

Fuentes de consulta
ARENDT Hannah. La condición Humana. 1958 Editorial Paidós. Buenos Aires Argentina la-condicion-humana-hannah-arendt.pdf
ARENDT Hannah Eichmann en Jerusalen: un estudio sobre la banalidad del mal. 1999 Publicado por Editorial Lumen, S. A. Barcelona
Disponible en: https://drive.google.com/file/d/1MaoORl0u8qNjliuzpEC45YAyodP6mF9j/view
HABERMAS, Philosophicalpolitical Profiles, trad. F.G. Lawrence, Cambridge, 1983
RODRÍGUEZ Cobos Mario. Cartas a mis Amigos. Cuarta Carta a mis amigos  La apertura social e histórica del ser humano. Plaza y Valdés. México 1991.

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