Los belicistas de la OTAN se reunieron felices en la Ciudad de la Paz, La Haya, que también es la sede del gobierno de los Países Bajos. Si miras la foto de los líderes europeos junto con el rey y la reina holandeses y el presidente Trump casi podrías creer que estaban celebrando una fiesta de matrimonio. Pero desgraciadamente no es así.

Que esta última cumbre de la OTAN (su costo para los contribuyentes holandeses fue de unos 140 millones de euros) fuera en La Haya, seguro que tiene todo que ver con el nuevo Secretario General de la OTAN y ex primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, que está muy interesado en ser el orquestador de una nueva era de la OTAN y tener a Trump a bordo. Antes del comienzo de la cumbre, se esforzó en halagar a Trump, llegando incluso a pintarlo nada menos que como el salvador del mundo y se aseguró de que su recepción sería al más alto nivel, con la participación del rey y la reina.

El revuelo en torno a esta cumbre de la OTAN fue increíble. Toda la población de los Países Bajos se vio envuelta en una ola de cobertura mediática diaria con Mark Rutte en el centro de las noticias. Esta fue su cumbre triunfal después de haber vencido a todos los miembros de la UE para que aceptaran aportar el 5% del PIB para el gasto militar adicional, que les había cerrado en las narices mister Trump. Este gasto extra del 5% también tuvo que ser vendido al público, lo que Mark Rutte hizo de una manera muy agresiva. Una de sus frases a la prensa como mensaje a los 500 millones de habitantes fue: Podéis elegir entre la reducción del gasto en Sanidad, Educación y Seguridad Social o bien dentro de 5 años todos podéis empezar a aprender ruso (aludiendo a otra de su citas de que Rusia podría atacar a la UE dentro de 5 años más). Con sus expresiones fanáticas se ha subido al escenario y los líderes de la UE le han seguido el paso mientras las poblaciones son dejadas de lado y tratan de decidir qué creer.

Donald Trump y el resto de belicistas de la OTAN, junto con la industria armamentística presente en la cumbre, han abandonado el país. La industria armamentística, especialmente el Complejo Militar Industrial estadounidense, puede estar satisfecho. Se regodean de tener un beneficio masivo durante muchos años por delante. ¿Y los 500 millones de europeos? Pues les espera una fuerte tormenta. Porque ese 5% para gastos militares vendrá de reducciones presupuestarias de los gobiernos en Sanidad, Educación, Seguridad Social, Vivienda y protección del Medio Ambiente.

La amenaza del Oso Ruso ha sido bombeada en la cabeza de todos durante los últimos 3 años, reforzada a través de manipulaciones mediáticas y mentiras descaradas, en las que el gobierno ucraniano de matones neonazis jugó un papel fundamental. Si la población europea supiera la verdad de lo que se ha hecho desde 2014 hasta hoy, habría indignación. Por eso es imprescindible que NO lo sepan.

Alimentada con mentiras sobre mentiras con la feliz colaboración de nuestros principales medios de comunicación, la OTAN logró llevarnos a donde estamos hoy: un rearme masivo en Europa. Se trata de un acontecimiento peligroso porque cuando los ejércitos vuelven a crecer y las armas fluyen sin límite, la guerra está a la vuelta de la esquina. No iniciada por Rusia, sino por la propia Europa, como siempre ha ocurrido antes. En realidad, esto ya era así de forma híbrida desde 2014, cuando la OTAN y Washington decidieron que había que debilitar a Rusia y utilizaron a Ucrania como punto de apoyo en el que volcaron casi todo su armamento. Pero su plan se vino abajo y ahora vuelven a empezar. Esa es la razón de su gasto militar del 5%, vendido como un movimiento defensivo en contra de un país que nunca les atacó. No les importan un bledo sus ciudadanos y su futuro, porque no estarán allí cuando los futuros gobiernos tengan que recoger los pedazos.

Esperemos que no se llegue a eso y que esta vez las poblaciones europeas se levanten para impedirlo o que un hundimiento económico total de la UE lo haga imposible.