jueves 03 de julio de 2025 - Edición Nº2402

Derechos Humanos | 2 jul 2025

Exportaciones y Condiciones Laborales.

Egipto: exportaciones agrícolas vs. condiciones laborales

En 2024, Egipto batió su récord histórico con casi 7 millones de toneladas de frutas y hortalizas exportadas, por un valor de 6.000 millones de euros, de las cuales el 20 % llegó a Europa. Este auge exportador contrasta con la dura realidad que enfrentan unos 5 millones de trabajadoras agrícolas, muchas en condiciones precarias.


Por: Agencia Pressenza

En 2024, Egipto batió su récord histórico con casi 7 millones de toneladas de frutas y hortalizas exportadas, por un valor de 6.000 millones de euros, de las cuales el 20 % llegó a Europa. Este auge exportador contrasta con la dura realidad que enfrentan unos 5 millones de trabajadoras agrícolas, muchas en condiciones precarias.

Según el Banco Mundial, el 45 % de las mujeres empleadas en el país trabaja en el sector agrícola, y en el Alto Egipto esa cifra llega hasta el 94 %. Sin embargo, aproximadamente un 99 % de ese empleo femenino es informal, sin contratos ni acceso a seguridad social o salud hcsr-eg.org+1microjustice.org+1.

La jornada laboral suele superar las 8 horas diarias, con un descanso mínimo obligatorio de una hora por ley, aunque con frecuencia se omite .El salario medio diario femenino es de 6 USD, frente a $10–12 USD de los hombres.Las trabajadoras enfrentan temperaturas extremas bajo el sol, con riesgo elevado de insolación, agotamiento y enfermedades respiratorias por exposición a polvo, pesticidas y químicos agrícolas.

El estrés por calor reduce su capacidad laboral y pone en peligro su salud. A menudo son transportadas en camiones agrícolas sin seguridad, apretadas y sin cinturones, con frecuentes accidentes. Entre 2016 y 2016 se reportaron 79 muertes y 190 heridos en trayectos a los campos.Un alto porcentaje de mujeres (más del 79 %) realiza trabajo no remunerado en fincas familiares, comparado con solo el 14 % de los hombres.
Aunque la ley laboral (Ley No. 12 de 2003) reconoce algunos derechos laborales, deja excluidas de prestaciones tales como licencia por maternidad, protección tras accidentes o cobertura médica. Las trabajadoras agrícolas deben aportar el 9 % de su salario a un fondo de seguro, mientras el Estado aporta el 12 % — ese sistema depende únicamente de su contribución. Solo el 5 % de la tierra agrícola está en manos de mujeres y en áreas rurales muchas mujeres tienen bajos niveles educativos, factor que las limita para exigir derechos.

Frente a esta situación es necesario reconocer que hay una voluntad política creciente: por ejemplo, la cobertura de salud universal para 2030. Sin embargo, persisten brechas enormes: informalidad casi total, discriminación salarial, sin propiedad de la tierra, vulnerabilidad a la violencia y enfermedades, y transporte inseguro. Es clave continuar con la formalización del empleo, las inspecciones laborales en campo, los programas educativos y de formación técnica, acceso a crédito, y garantías legales reales.
El contraste entre el éxito exportador de la agricultura egipcia y la situación vulnerables de las trabajadoras revela una odiosa paradoja: miles de mujeres impulsan la economía rural, pero siguen en condiciones marginales, sin contrato, con salarios reducidos, jornadas duras y riesgos para su salud.

La movilización de ONG, organismos internacionales y organismos gubernamentales ofrece una esperanza real. No obstante, avanzar requiere acción efectiva y sostenida, que combine legislación, cumplimiento, formación, acceso a recursos y, sobre todo, reconocimiento del valor de estas mujeres. Solo así el sector agrícola podrá ser verdaderamente sostenible y justo.

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