domingo 06 de julio de 2025 - Edición Nº2405

Cultura | 6 jul 2025

Una publicación fundamental

Borges: “Cuadernos y conferencias”, el libro que compila los apuntes que lo ayudaban a hablar en público

12:09 |El libro Cuadernos y conferencias compila veinticuatro juegos de apuntes que hizo el escritor para sus cursos y disertaciones entre 1949 y 1954: ¿Cómo se constituyó el Borges oral a la par del escrito?


Por: Patricio Féminis

Jorge Luis Borges. Foto: Clement / AFP

Jorge Luis Borges viaja y relee sus notas manuscritas entre 1949 y 1954: prepara sus conferencias en Argentina y Uruguay, de las que vive tras haber renunciado como auxiliar en la Biblioteca Municipal Miguel Cané, luego de que el peronismo lo nombrara “inspector de aves y conejos en los mercados”. ¿Cuánto del Borges oral se prefigura en su puño y letra? La respuesta está en el flamante libro Cuadernos y conferencias: una selección de manuscritos del escritor, que sirvieron de base para sus exposiciones previas a 1955. Allí nace el Borges profesor y disertante.

Antes de 1949 sólo existía el escritor, el periodista y el editor. Aquí está lo nuevo: el libro Cuadernos y conferencias reúne por primera vez veinticuatro juegos de notas manuscritas que Borges preparó para sus disertaciones entre 1949 y 1954. El volumen difunde materiales inéditos que permiten conocer -y estudiar al detalle- sus métodos de investigación antes de cada charla; también dejan ver cómo incorporaba esas múltiples referencias en sus escritos. ¿Cuántos Borges esperan delante? ¿Qué lazos se ven entre sus anotaciones y sus presentaciones?

Borges: “Cuadernos y conferencias”, el libro que compila los apuntes que lo ayudaban a hablar en público

El libro Cuadernos y conferencias (412 páginas) se editó a fines de 2024, fue impulsado por el Borges Center de la Universidad de Pittsburgh -que dirige Daniel Balderston– y expone más de diez años de investigación y colaboración entre especialistas de Argentina, Canadá y Estados Unidos: sus coeditores son Mariela Blanco, Alfredo Alonso Estenoz, Emron Esplin, María Celeste Martín y el propio Balderston. Todos trabajaron sobre más de una docena de cuadernos conservados en las universidades de Texas y Michigan, y que se vinculan con veinticuatro de las cuatrocientas conferencias, según relevos exhaustivos, que Borges brindó entre aquellos seis años.

Borges y la diversidad de temas

Basta ver la diversidad de temas que abarcan los manuscritos borgianos de Cuadernos y conferencias: Caedmon y la poesía anglosajona, Juan Escoto Erígena, Snorri Sturluson, místicos del Islam, Francis Bacon, Voltaire, David Hume, William Blake, Alfred Tennyson, Edward FitzGerald, Robert Browning, Ralph Waldo Emerson, Edgar Allan Poe, Walt Whitman, Herman Melville, Mark Twain, Arthur Conan Doyle, Oscar Wilde, Almafuerte, Franz Kafka, Ricardo Güiraldes, Bertrand Russell, la literatura fantástica y problemas de la novela.

Borges: “Cuadernos y conferencias”, el libro que compila los apuntes que lo ayudaban a hablar en público

 Cada capítulo incluye una introducción sobre los apuntes, imágenes del manuscrito, transcripción y comentario.

“Agradecemos a todos los que ayudaron a convertir esta idea en realidad. Fue arduo, pero valió la pena: son muchos inéditos importantes de Borges”, señalan en le web del Borges Center.

En el plano local, para Cuadernos y conferencias fue detectivesca la tarea que iniciaron en 2015 investigadores de la Universidad de Mar del Plata, dirigidos por Mariela Blanco, quien dice: “Tenemos registradas más de cuatrocientas conferencias de Borges. Y los manuscritos que se corresponden con las conferencias que mostramos en el libro se los atribuimos a Daniel Balderston, autor del libro El método Borges (2021). Hicimos confluir las dos investigaciones”.

Borges: “Cuadernos y conferencias”, el libro que compila los apuntes que lo ayudaban a hablar en público

Es una trama de película “ver dónde están los manuscritos de Borges, por qué llegaron a determinadas instituciones y cómo están organizados”, asume Mariela Blanco. Una pesquisa que trajo sus frutos: “Fue muy inesperado y muy lindo que aparecieran los manuscritos de estas veinticuatro conferencias”, dice. ¿Qué observan hacia adelante? “Sabemos que hay otra cantidad de cuadernos, similar al número que nosotros relevamos: están en universidades norteamericanas y pertenecen a coleccionistas. Sería interesantísimo disponer de ese material, algún día, para nuevas consultas”.

Aun así, las anotaciones disponibles de Borges “te dan muchos elementos para saber cómo trabajaba y preparaba sus conferencias: cómo daba cuenta de las fuentes que leía para convertirlas en discursos ante audiencias muy diferentes. Las disertaciones públicas de Borges abren todo un espacio de investigación y exploración”, sabe Blanco. ¿En qué sentido? “Este material permite estudiar qué fuentes utilizó Borges y de qué manera: se abren muchas líneas para reconstruir su biblioteca personal”.

Y también “tenemos sus clases en distintas universidades. De hecho -adelanta Blanco-, en agosto va a salir por Random House la edición que hice de las clases que Borges dio en Mar del Plata”. ¿Qué es lo que atrapa a la investigadora, en calidad de una de las cinco coeditoras de Cuadernos y conferencias, acerca de las extrapolaciones borgianas de lo manuscrito a lo oral? “Me fascina descubrir a un Borges que no estaba en la cabeza de los lectores -dice-. Tendemos a quedarnos con la imagen del último Borges -el de la fama, trayectoria internacional, sabiduría y ceguera- y acá descubrimos a un autor que se volcó a una nueva actividad, la oral, sin estar acostumbrado”.

Ya Borges estaba cómodo en las redacciones de diarios y revistas, así como en la publicación de libros. Pero “después de renunciar en el ’46 a la Biblioteca Municipal Miguel Cané por su enfrentamiento con el peronismo, cuando le proponen dar conferencias se arriesga a hacerlo: él era muy tímido y al principio le costaba mucho”, revela Blanco. Y por eso el escritor deja tantas notas preparatorias para las conferencias: “Más allá de que ya sabe que se va a quedar ciego, Borges no quiere que nada lo tome desprevenido: busca tener seguridad en la oralidad”.

Borges viajero

Otro aspecto que abren estos manuscritos es poder pensar “a un Borges viajero o viajante: para dar las conferencias y ganar un sueldo recorre muchos lugares y hoteles del interior, la mayoría de las veces en tren. A esos viajes se los organizan los amigos, o las personas de las instituciones en las que está trabajando”, prosigue Blanco. “Hay repercusiones en los diarios del interior, de modo que descubrimos a un Borges que no solamente viaja a Londres o a Harvard, sino también a Posadas, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco, Bahía Blanca o Montevideo, entre muchos lugares. Eso no estaba tan visibilizado”.

Borges: “Cuadernos y conferencias”, el libro que compila los apuntes que lo ayudaban a hablar en público

Y muchos periodistas de la época, sobre todo el interior, “tomaban nota de esas conferencias, en las que Borges siempre hacía comentarios que discutían con el contexto de época: el peronismo”, dice Blanco. Y halla un ejemplo cabal: “Cuando va a Uruguay a dar por primera vez su conferencia sobre literatura gauchesca, incluye, para cerrar, su ‘Poema conjetural’, que reactualiza la polémica argentina sobre civilización y barbarie. Pero, dicho en 1946, en el contexto peronista, no es el mismo poema que el que había sido publicado originalmente en 1943 en La Nación. Como hombre público, Borges se permitía esos comentarios».

Resonancias

¿Qué resonancias tuvo Cuadernos y conferencias desde su salida a fines de 2024? “Lo presentamos en el Fondo Nacional de Las Artes, en mayo -rememora Blanco-. Ya se agotó en Estados Unidos y la distribuidora local, Arta Ediciones, nos dijo que acá ya no están quedando ejemplares. Es evidente que era un libro muy esperado y en algún momento va a haber que pensar en reeditarlo. La clave es remarcar que estamos dando a conocer material inédito de Borges: aquí habla de temas que no menciona en otros escritos. Por ejemplo, lo que dice sobre Kafka, o sobre el Islam, es distinto a lo que figura en otros lados”.

Para llegar a este Borges hubo que trabajar con ahínco en forma colectiva. Eso es lo que también celebra Mariela Blanco: “Todas las personas que están en este grupo trabajaron con Daniel Balderston o se formaron con él de alguna u otra manera. María Celeste Martín trabaja en la Universidad de Vancouver; Alfredo Estenoz es cubano y se desempeña en universidades norteamericanas; Emron Esplin y Daniel Balderston son estadounidenses, y yo soy la única que trabajó desde Argentina, con mi equipo. Daniel nos convocó a todos cuando en 2020 aparecieron los manuscritos sobre conferencias. Los estudios sobre Borges nos siguen abriendo un mundo fascinante”.

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