martes 08 de julio de 2025 - Edición Nº2407

Internacionales | 8 jul 2025

El Sur Camina Sin Permiso.

UNASUR, el proyecto que hicieron naufragar

09:37 |Tuvimos una voz, una mesa, una región. Y la dejamos caer. No porque fracasara. Porque la empujaron. Porque no soportaron que el Sur caminara sin permiso.


Por: Mauricio Herrera Kahn. Fuente:Agencia Pressenza

Tuvimos una voz, una mesa, una región. Y la dejamos caer. No porque fracasara. Porque la empujaron. Porque no soportaron que el Sur caminara sin permiso.

América Latina no solo es territorio. Es historia compartida. Es saqueo. Es resistencia. Pero también es obsesión de organizarse. De no depender. De construir algo propio. Y por un momento, eso fue UNASUR. La Unión de Naciones Suramericanas. Un intento concreto de integración sin amos. Una arquitectura institucional soberana, sin Washington, sin la OEA, sin traductores del Norte.

Nació en 2008, en plena marea progresista. Mientras caían bancos en Wall Street, en Sudamérica nacía una esperanza. Lula, Cristina, Evo, Correa, Chávez, Mujica. Todos entendieron que la oportunidad histórica tenía nombre: unión.

UNASUR no era discurso. Era infraestructura. Era salud, defensa, moneda, diálogo político, soberanía energética. Se crearon consejos de salud, seguridad, educación, infraestructura. Se planificó un Banco del Sur. Se instaló una Secretaría General en Quito. Se soñaron redes ferroviarias. Se conectaron países sin pasar por Miami. Se pensó en plural.

Y funcionó. UNASUR intervino en crisis políticas sin marines. Fue garante de paz. Coordinó respuestas sanitarias. Y lo más importante, demostró que Sudamérica podía pensarse sin permiso.

Pero funcionaba demasiado bien. Y eso molestaba. Estados Unidos no tolera autonomía regional. Las élites locales tampoco. Empezó la operación de derribo. Y fue quirúrgica.

Llegaron los cambios de gobierno. Macri, Piñera, Temer, Duque. No soportaban una integración soberana. Se salieron uno a uno. Se vació la sede. Se desfinanciaron los programas. Se enterró el Banco del Sur. Y se inventaron sucedáneos vacíos como PROSUR, diseñado para fotos, no para pueblos.

Así cayó UNASUR. No por error. Por traición. No por debilidad. Por obediencia. No se derrumbó. La derrumbaron.

Hoy algunos hablan de relanzarla. Pero el contexto es otro. Gaza arde. La ONU calla. El dólar se tambalea. Los BRICS se expanden. África se levanta. Y el Sur necesita herramientas, no nostalgia.

UNASUR debe volver. Pero distinta. Más blindada. Más clara. Con financiamiento soberano. Con prensa propia. Con moneda común. Con rutas sin escalas imperiales. Y con un objetivo irrenunciable que era construir una Sudamérica con voz propia en el nuevo orden global.

No basta con Presidentes. Hay que convocar pueblos. No basta con acuerdos. Hay que cumplirlos. No basta con estructuras. Hay que defenderlas. Porque si no hay integración real, habrá dependencia decorada. Si no hay banca regional, habrá FMI por décadas. Si no hay UNASUR, habrá sumisión con nombre nuevo.

La historia no repite oportunidades. La integración es urgente. La desunión es suicida. UNASUR fue, por un instante, un modelo posible. Un mapa del futuro. Y puede volver a serlo.

Pero esta vez, debe ser soberana o no será. Porque ya no hay espacio para estructuras simbólicas. O se construye poder real o el continente seguirá a merced del mismo orden que lo empobreció durante siglos.

Y esta vez, América del Sur debe elegir distinto.

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