

Por: Jorge Muracciole
El encuentro de alto nivel que tuvo lugar en Santiago de Chile entre los presidentes Gabriel Boric, Luiz Inácio Lula da Silva, Pedro Sánchez, Gustavo Petro y Yamandú Orsi marcó un hito: en el contexto de una intensa agenda pública en Santiago, se debatieron los principales desafíos de las democracias regionales y los mandatarios de Chile, Brasil, España, Colombia y Uruguay consolidaron su compromiso de trabajo conjunto, con una alianza estratégica en la defensa del multilateralismo, la integración regional, la defensa de los derechos humanos y la lucha por la igualdad y la justicia social.
Esta reunión tuvo su antecedente en septiembre del 2024 ante la reunión anual de ONU en Nueva York, en un encuentro entre Sánchez y Lula. Posteriormente se realizó una reunión virtual entre presidentes progresistas de Latinoamérica en el mes de febrero y se decidió convocar a este encuentro en Santiago. La elección de sede, el Palacio de La Moneda, es simbólica, ante el recuerdo de los sucesos del derrocamiento de Salvador Allende.
Claro que el escenario fue copado por las guerras imperantes en distintas latitudes del planeta, la impotencia de la ONU para neutralizarlos e impedir, por caso, los miles de muertes de civiles inocentes, como ocurre con el genocidio del pueblo de Gaza. Justamente el encuentro se denominó Democracia Siempre. Y de él salió un documento-propuesta para presentar en septiembre en la Reunión Plenaria anual de la ONU, con el objetivo de reformular las instancias y los mecanismos del Consejo de Seguridad para la resolución de conflictos bélicos. De todas maneras se realizó un urgente llamamiento a resolver la gravísima situación humanitaria y alimentaria en Gaza, que «acelera la necesidad de esta reformulación a la Comunidad Internacional».
Luego hubieron otros temas centrales. Entre ellos, cómo enfrentar el crecimiento en los últimos años de la desigualdades sociales que minan la base de las democracias en todo el mundo. La pobreza en un mundo cada vez más rico en donde las mil fortunas más importantes del planeta concentran más del 50% de las riquezas. Mientras tanto en Europa la desigualdad se expresa en los recortes en las relaciones laborales, la problemática de la vivienda y de la salud, generan frustración de distintos sectores, especialmente los jóvenes. También se destacó que «las estructuras transnacionales evaden el pago de impuestos llevándolos a paraísos fiscales. La clave es entender que la soluciones trascienden lo nacional». Por ultimo otro de los temas que se debatieron es el de la desinformación, muy relacionado a los mil millonarios que manejan las redes de comunicación
El Encuentro de Santiago resultó, en definitiva, un debate enriquecido por la presencia de intelectuales que se sumaron al encuentro. «