Por: Claudia Aranda. Fuente: Agencia Pressenza

Les anuncio que me sentaré en la Place des Fleurs-de-Macadam en Montreal durante 4 días, del 8 al 11 de agosto, para una acción de concientización y un llamado a actuar colectivamente en apoyo al pueblo palestino martirizado. Durante estos 4 días y 4 noches, dejaré de comer y beber para expresar mi determinación en este acto de conciencia y mi solidaridad con aquellos que están privados de alimentos. Los invito a unirse a mí durante estos 4 días para expresar y visibilizar colectivamente nuestra voluntad de ayudar al pueblo de Palestina, especialmente el sábado 9 de agosto a partir de las 18:00 para una vigilia colectiva de apoyo. Cada uno puede traer una vela para mantenerla encendida con ustedes.

Stéphane Chalmeau, simple ciudadano y humano.

Las muertes por hambre han comenzado. Durante meses, hemos sido testigos de las masacres de manera más o menos lejana, en nuestras redes sociales, en los artículos de periódicos o en las noticias de la televisión. Pero hoy, es el hambre la que comienza a matar. Después de 4 meses de bloqueo para impedir que los alimentos, el agua y los medicamentos lleguen al interior de la Franja de Gaza. Si continuamos siendo espectadores, en unas semanas quizás dos millones de personas habrán perdido la vida. Sin posibilidad de retorno. Para siempre, los habremos visto morir en nuestras pantallas. Y esto será para todos nosotros el comienzo del fin. Porque después de un primer genocidio televisado, ¿qué impedirá que los canallas de este mundo cometan un segundo? ¿Y luego un tercero? Después de todo, es la primera vez la que más duele. Nuestra actual oportunidad para conservar nuestra humanidad frente a esta odiosa masacre es tomar acción, reunirnos, expresarnos, luchar. Con gestos pequeños o grandes, pero claramente dirigidos: queremos que los seres humanos, hombres, mujeres y niños inocentes, puedan vivir, puedan comer y beber. Solo hay una solución al hambre, que los camiones cargados de víveres y medicamentos puedan circular y distribuir sus bienes. Luego, en un segundo momento, reconozcamos oficialmente al pueblo de Palestina y su derecho a vivir en seguridad y legitimidad como todos los pueblos, en paz como todos los pueblos; incluyendo, por supuesto, al pueblo de Israel.