jueves 14 de agosto de 2025 - Edición Nº2444

Derechos Humanos | 14 ago 2025

Destrucción de los Derechos Básicos.

Fidelis Ponte: “El neoliberalismo está destruyendo la salud, la educación, la seguridad social y todas la leyes de protección laboral”

09:17 |El presidente del Centro Brasileño de Estudios de la Salud (CEBES) dialogó con el Periodista Adrián Dubinsky en el marco del XVIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social y Salud Colectiva que se realizó en Río de Janeiro.


Por: Adrián Dubinsky. Fuente: Tiempo Argentino

Dr. Fidelis Ponte. Presidente del CEBES.

El presidente del Centro Brasileño de Estudios de la Salud (CEBES) dialogó con el Periodista Adrián Dubinsky en el marco del XVIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social y Salud Colectiva que se realizó en Río de Janeiro.

Carlos Fidelis Ponte, además de haberse formado como médico, es Doctor en Políticas Públicas y Estrategias de Desarrollo (UFRJ/FioCruz), Magister en Salud Pública y Licenciado en Historia. Forma parte del Observatorio en Historia y Salud de la Fundación Osvaldo Cruz, acaso la más prestigiosa de Nuestra América en cuanto a investigación científica y, por otro lado, es el presidente del Centro Brasileño de Estudios de la Salud (CEBES), una entidad nacional de cuño académico y militante que desde 1976 actúa y lucha por la democracia y fue fundamental en la conformación del Sistema Único de Salud (SUS) de Brasil.

En el marco del XVIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social y Salud Colectiva (ALAMES), dialogó con Tiempo Argentino sobre la situación que enfrenta Brasil ante la amenaza permanente del Bolsonarismo y las derechas organizadas.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el Sistema único de Salud de Brasil?

-El desafío no es solo brasileño, sino de toda América Latina y, te diría, mundial. El avance del neoliberalismo sobre las instituciones de los estados de bienestar creados luego de la Segunda Guerra y sobre las arcas públicas es brutal. El rentismo, la búsqueda de ganancias extraordinarias, está acaparando los recursos que son necesarios para desarrollar políticas públicas inclusivas: salud, educación, seguridad y protección social. Para que te des una idea, en Brasil pagamos casi un billón (1.000.000.000.000) de reales en intereses de deuda pública en 2024. Un billón sería suficiente para dar comienzo a una revolución sanitaria y transformar por completo el panorama de la salud y la educación. Además, tenemos una estructura fiscal que brinda exenciones, y no estoy en contra de ellas, incluso pueden llegar a impulsar a determinado sector, pero no pueden durar para siempre. Las exenciones sumaron 790 mil millones de reales, lo cual representa una gran cantidad de recursos que podrían invertirse en el bienestar de la población. Tenemos un concepto de salud que establece que la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino todas las condiciones que proporcionan una vida digna, saludable y plena, para que todos puedan alcanzar su máximo potencial.

-¿Cuáles son los motivos por los cuáles esto sucede y por qué no puede consolidarse un gobierno progresista en Brasil?

En Brasil, y en el mundo, nos enfrentamos a una extrema derecha altamente organizada. Nos enfrentamos a una fábrica de mentiras a escala industrial. En Brasil, tenemos a un pensador ya fallecido, Darcy Ribeiro, que dijo que la ignorancia no es una coincidencia, es un proyecto. Con el auge de las redes sociales y luego de la caída de Dilma Rousseff, durante un tiempo la extrema derecha fue hegemónica y creó burbujas de desinformación y desorientación, capitalizando la insatisfacción generada por las mismas políticas neoliberales que crearon, apoyan y promueven. En otras palabras, son el origen de las políticas que causaron el malestar, y lograron transformar ese malestar y volverlo en contra nuestro a partir de lo que denomino la fábrica del fascismo. Pero eso está en disputa y está cambiando.

¿Cuál es la posición de Brasil en relación con el complejo médico-industrial?

-El complejo médico-industrial, que aquí llamamos complejo económico-industrial de la salud, para ser más amplios, hace que la participación de Brasil en los BRICS sea esencial. Si prestamos atención, veremos que los países que formaron los BRICS, además de tener grandes dimensiones continentales y economías significativas, cuentan con otras ventajas que nos fortalecen siendo socios. China, por ejemplo, es la fábrica del mundo, con un tremendo avance tecnológico. India es un foco de producción de medicamentos y vacunas, y ante esta amenaza que enfrentamos por el aumento de aranceles de Trump, necesitamos reorientar nuestras relaciones internacionales y comerciales y reorganizar las cadenas de producción hacia la colaboración con el resto de los miembros. De lo contrario, como ocurrió durante la pandemia de COVID-19, las grandes potencias se apropiaron de las vacunas y abandonaron a África y a otros países del eje Sur-Sur. No podemos permitir que esta situación vuelva a producirse. El mundo está en alerta porque Trump ha tomado una dirección que ha generado incertidumbre jurídica, incertidumbre comercial y contractual. Entonces, el camino de los BRICS es un camino fundamental para aquellos que no quieren vivir bajo la hegemonía estadounidense.

-¿Cuál es su evaluación del Congreso de ALAMES?

-Por lo pronto, creo que fue exitoso. Con todos los problemas que presenta un Congreso de estas características -2500 personas inscriptas, un evento grande- logramos realizar un encuentro con un enfoque político, totalmente político. En los congresos del área de salud se suelen priorizar aspectos restringidos a ese campo, al de la asistencia, del complejo médico, enfocados estrictamente a temas vinculados con la profesión. Por el contrario, este congreso dijo: “Miren, la salud está determinada social y económicamente”, así que tenemos que hablar de política con mayúscula. El neoliberalismo está destruyendo la salud, la educación, la seguridad social y todas las leyes de protección laboral. Por lo tanto, el Congreso se dedicó a discutir el origen del problema, nos involucramos en las disputas con ellos y, a nivel interno, debatimos desde nuestro campo, lo cual es muy saludable, valga la redundancia. En conclusión, el sello distintivo de este Congreso es la reanudación del debate desde la política, especialmente porque en el caso brasileño, tenemos elecciones presidenciales en 2026. Con lo cual, CEBES, que cumplirá 50 años en 2026 -CEBES es Alames en Brasil- procura que nuestras actividades, y este Congreso es una de ellas, fueran diseñadas para discutir el origen del mal que enfrentamos y las amenazas que de él provienen. Por lo tanto, debatir sobre política, volver a debatir sobre la gran política, es esencial. De lo contrario, seguiremos debatiendo cosas importantes, pero que no alcanzan para desentrañar los auténticos problemas: aspectos profesionales e institucionales o currículas; todo eso es importante, pero hay algo más importante aún, que es lo que configura nuestro campo, y nuestro campo está en la sociedad y la misma está atravesada por la política. La salud es un campo fundamental para comprender la sociedad.

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