domingo 07 de septiembre de 2025 - Edición Nº2468

Internacionales | 7 sep 2025

Colapso del Neoliberalismo.

El futuro de la gobernanza mundial

11:29 |Estamos siendo testigos no sólo del colapso de modelos neoliberales sino también del agotamiento de su supuesta contraparte humanitaria. Las crisis exigen nuestra atención, pero ya están en marcha transformaciones más profundas.


Por: David Andersson. Fuente: Agencia Pressenza.

Estamos siendo testigos no sólo del colapso de modelos neoliberales sino también del agotamiento de su supuesta contraparte humanitaria. Las crisis exigen nuestra atención, pero ya están en marcha transformaciones más profundas. Los humanitarios responden a emergencias inmediatas, como Gaza y la Flotilla, pero los humanistas están desafiados a ir más allá: proponer principios y valores que trasciendan el momento presente y abran el camino hacia una nueva civilización.

Con cantar «We are the World» ya no es suficiente. Ahora debemos vivirlo.

Para los humanistas, la tarea no es sólo denunciar guerras, genocidios, ceses del fuego y ciclos de violencia. Es cuestionar las mismas estructuras que las sostienen: creencias arraigadas, una economía impulsada por el mercado y sistemas de dominación social y política.

Al mismo tiempo, están surgiendo signos de transformación a nuestro alrededor. Las ciudades están siendo remodeladas por las bicicletas y las energías renovables. La diversidad cultural está atrayendo a millones a centros globales. Los movimientos de descolonización en Asia y África están rompiendo viejos marcos de dominación. Incluso el hecho de que más de un millón de personas estén volando en el aire en un momento dado habla de la nueva interconexión de la humanidad. Estas no son tendencias pasajeras, son semillas de un futuro diferente.

La cuestión decisiva de nuestro tiempo es la gobernanza mundial. La globalización neoliberal se está desmoronando, pero ningún reemplazo coherente ha tomado plena forma. Lo que está surgiendo en cambio son proyectos contrapuestos de multipolaridad, cooperación regional y nuevas alineaciones institucionales. Como Andrew Korybko observó recientemente en Pressenza, en The SCO & BRICS Play Complementary Roles in Gradually Transforming Global Governance:

«Los procesos que se están desarrollando tardarán mucho tiempo en completarse, tal vez incluso una generación o más, por lo que las expectativas de una rápida transición hacia la multipolaridad de pleno derecho deben ser templadas».

La tarea, entonces, no es declarar la victoria o la desesperación ante los retrasos, sino reconocer cómo estas nuevas formas de gobernabilidad ya están echando raíces y remodelando el horizonte de la posibilidad.

Los ejemplos abundan. En Bangladesh, el Movimiento Estudiantil Antidiscriminación señala un impulso generacional por la justicia y la igualdad. En México, el gobierno ha respondido a los ataques de Trump no con escalada sino con una política de diálogo y resolución de conflictos. Incluso en la ciudad de Nueva York, la dinámica de las elecciones a la alcaldía revela corrientes culturales y políticas cambiantes, como ha señalado Partha Banerjee.

En conjunto, estos acontecimientos nos recuerdan que el mundo no es estático. La multipolaridad no es simplemente una fórmula diplomática que refleja cambios más profundos en la cultura, la economía y la conciencia humana. La opción urgente que tenemos ante nosotros es si nos agotaremos simplemente reaccionando ante cada nueva injusticia amplificada por los medios de comunicación, o si nos dedicaremos a construir el futuro de la humanidad.

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