

Por: Redacción Central.
Intenso debate parlamentario, la Cámara de Senadores dio luz verde a la reforma que busca modernizar el sistema de transporte público metropolitano.
La versión aprobada fue la presentada por la Comisión de Legislación y Codificación, que introdujo ajustes a la propuesta original del Ejecutivo. Del total de 122 artículos, 92 fueron objetados y solo 20 de esas objeciones fueron aceptadas en el texto final. Uno de los puntos más controvertidos fue el artículo 39, relativo al cumplimiento de las normas laborales.
La senadora Yolanda Paredes solicitó que se explicitara la protección a la estabilidad laboral de los choferes, pero su propuesta fue rechazada. El senador Luis Pettengil argumentó que sería redundante incluir esas precisiones, ya que el Código Laboral mantiene su plena vigencia y no se deroga con la nueva ley.
El sector de los choferes sigue en alerta. Juan Godoy, presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores del Transporte (FUTT), había advertido que si el proyecto se aprobaba sin incorporar sus demandas, convocarían una "reunión de emergencia" para evaluar acciones.
Los transportistas exigen, entre otros puntos, la garantía de absorción total del plantel en caso de cambios de operadores y una definición clara del empleador responsable de las obligaciones laborales.
Otro rechazo significativo fue la propuesta del senador José Oviedo, quien buscó incluir explícitamente en el artículo 64 el procedimiento para que estudiantes secundarios, adultos mayores y personas con discapacidad accedan a beneficios tarifarios.
La reforma establece un nuevo modelo de gestión basado en concesiones por 15 a 20 años mediante licitación pública.
El Estado asumirá la provisión de flota mediante concesiones a empresas proveedoras, que luego pondrán los buses a disposición de los operadores. Además, se licitarán contratos para infraestructura (patios, terminales, estaciones) y servicios complementarios.
El proyecto ahora pasa a la Cámara de Diputados, donde se espera un debate aún más intenso. Los choferes habían llegado a una tregua con el Estado en una tripartita que tuvo cuatro días de debates con empresarios, trabajadores, activistas y técnicos.