viernes 12 de septiembre de 2025 - Edición Nº2473

Derechos Humanos | 12 sep 2025

Indígenas en la Economía de Mercado.

Reflexiones sobre la empresarialización de los indígenas amazónicos

10:03 |Los promotores del desarrollo indígena (de las comunidades nativas en nuestro marco jurídico) aseguran que una de las fórmulas para que los indígenas amazónicos puedan salir de su pobreza es a través de su inserción a la economía de mercado.


Por: Rodrigo Arce Rojas. Fuente: Agencia Pressenza

(Imagen de Idehpucp)

Los promotores del desarrollo indígena (de las comunidades nativas en nuestro marco jurídico) aseguran que una de las fórmulas para que los indígenas amazónicos puedan salir de su pobreza es a través de su inserción a la economía de mercado. Para ello, según estos expertos, lo que habría que hacer es capacitarlos en gestión empresarial para que se vuelvan empresarios y así puedan tener la capacidad de generar sus propios ingresos ya sea a nivel individual o a nivel comunal.

Por: Rodrigo Arce Rojas

Se asegura que esta fórmula ha funcionado en comunidades campesinas o en medios urbanos. Considero que el tema no ha sido reflexionado suficientemente y es lo que se pretende hacer en el presente texto. No obstante, reconozco que estas discusiones deberían aflorar desde los propios pueblos amazónicos, con sus líderes y lideresas. Ello significa configurar en términos narrativos lo que se conoce como economía indígena.

Un primer tema que surge inmediatamente es la receta del emprendimiento promovido por un sistema económico neoliberal que descansa en dos premisas básicas: 1) El individuo (o la comunidad) es mayoritariamente responsable de generar sus propios ingresos, y 2) El pobre es pobre porque quiere, porque no ha hecho lo suficiente, lo necesario para asegurar un adecuado desenvolvimiento en el mundo del mercado. Bajos estas premisas se entiende que el rol del Estado es generar condiciones para que los emprendedores puedan desarrollarse. Este apoyo se puede manifestar de diferentes formas: fortalecimiento de capacidades, acceso a fuentes financieras, participación en ferias, entre otros.

Ahora bien, no es que el emprendimiento o la capacidad de iniciativa sea por sí mismo negativo, sino que se renuncia al hecho que es el Estado el que tiene la obligación de generar igualdad de oportunidades para todos. Aunque el emprendimiento puede ser una fuerza de transformación personal no se ataca el problema de fondo que es la desigualdad. De esta manera, se considera que solo los emprendedores, o los que asumen la ética capitalista neo/liberal, serían capaces de salir adelante pese a los factores en contra.

Promover la empresarialización al margen de las condiciones habilitadoras para tener éxito no es realista ni efectivo. Para el caso específico de las comunidades nativas amazónicas que se encuentran inaccesibles, dispersas, con dificultades de transporte (fluvial o terrestre), escasa o nula conectividad digital, tienen muchas dificultades para lograr que su emprendimiento sea exitoso porque simplemente los costos operativos de la producción los hacen inviables.

Las autoridades forestales bien intencionadas buscan que las comunidades puedan apelar a los negocios forestales fundamentalmente en torno a la madera. Mejor aún si es con valor agregado. En menor proporción se promueven los negocios en torno a los llamados productos forestales no maderables o a través del ingreso al mercado de emisiones para hacer frente al cambio climático. Actualmente hay casos exitosos, de gestión empresarial basados en productos agrícolas o transformados que ya cuentan con mercados. Habría que sincerar cuál ha sido la relación con los bosques de estas iniciativas comerciales.

En el caso de la madera, son muchas las razones por las cuales prácticamente las comunidades se ven obligadas a trabajar con terceros, llamados eufemísticamente “terceros solidarios.” Pese a la preocupación estatal que estas relaciones sean simétricas, en la práctica en la mayoría de los casos no es así. Diversos mecanismos de enganche o el desconocimiento de aspectos técnicos y legales para que al final generalmente los balances son negativos, es decir la comunidad sale perdiendo. Pero además del impacto social negativo también está el hecho de los impactos ambientales de una intervención poco responsable. Son escasos los casos en los que se consideran que las comunidades nativas que ingresan al manejo forestal hayan alcanzado “éxito”, se entiende que desde indicadores económicos convencionales.

Las comunidades con disponibilidad de bosques con especies comerciales generalmente se encuentran alejadas, dispersas y muchas veces inaccesibles o accesibles con muchas dificultades y costos. A ello se suma las deficiencias en infraestructura, comunicaciones, conectividad, energía, aunque claro está esto varía mucho. Es por ello que si se piensa en los mercados como si fuera un núcleo entonces la ubicación de las comunidades pueden ser clasificadas como a) Comunidades con mercados fácilmente accesibles, b) Comunidades con mercados de accesibilidad intermedia y c) Comunidades con mercados inaccesibles o económica y financieramente inaccesibles. Se entiende que el mercado no solo es físico, sino que también pueden ser virtuales como internet. Pero en este caso para que estos comunidades puedan tener oportunidades en la web se requiere servicio de telefonía y de internet. Como sabemos también esto es un cuello de botella para las comunidades.

Esto es válido para todos los productos incluyendo la madera que requiere ser transformada para obtener mejores tasas de ganancias. Otra vez aquí chocamos con la situación energética deficitaria o si es existente es demasiado onerosa.

Entonces, la pregunta que surge es ¿Se está planteando apropiadamente el esquema de empresarialidad en los pueblos indígenas? La siguiente pregunta es ¿Pueden las autoridades forestales solo desde sus funciones y competencias abordar el tema desde una perspectiva más integral? ¿Está planteado apropiadamente el esquema de fortalecimiento de capacidades en torno a negocios madereros?

Entonces, surge la siguiente pregunta ¿Es posible diseñar un esquema diferente para abordar el reto de contribuir a la calidad de vida de las comunidades a partir de los negocios madereros? Aun cuando haya voluntad de mejorar la infraestructura, los caminos, la energía y la conectividad esto no se podrá realizar de manera inmediata. ¿Se podría generar un esquema más realista y naturalizado con las condiciones actuales? ¿Cómo diseñar un esquema que no mate los valores culturales de las comunidades? ¿Cómo generar esquemas de manejo forestal (mejor convivencia forestal) que sean respetuosas con todas las formas de vida (lianas, epífitas, musgos, líquenes, epífitas en general, insectos, aves, entre otros)? ¿Cómo generar alternativas que no sean culturicidas, epistemicidas y de injusticia lingüística?

Las perspectivas bioculturales ofrecen una luz para tratar de conciliar los Derechos Humanos, Derechos Indígenas y Derechos de la Naturaleza. Esto es una Ética Biocultural o una Bioética Forestal respetuosa con toda expresión de vida. Ello para incorporar al Antropocentrismo, perspectivas Biocéntricas, Ecocéntricas, Geocéntricas e incluso Cosmocéntricas para hacer justicia a las ontologías relacionales de los pueblos indígenas que se van perdiendo por el avasallamiento de valores de acumulación, colonialidad y mercantilización de la naturaleza. Es obvio que el reto es enorme porque va a contracorriente de las propuestas hegemónicas pero que es necesario asumir si queremos ser coherentes con el sentido de la convivencialidad y las relaciones interespecies en clave de justicia socioecológica.

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