

Por: Claudia Aranda. Fuente: Agencia Pressenza
(Imagen de Xinhua)
En pleno desarrollo se encuentra el proyecto anunciado en agosto de 2025, en donde China dio un paso significativo hacia un cambio de paradigma en su desarrollo urbano y tecnológico al presentar un detallado plan estratégico para transformar sus ciudades hacia 2035 en “ciudades de las personas modernas.” Este ambicioso proyecto busca mejorar sustancialmente la calidad de vida a través de la integración de tecnologías verdes, viviendas inteligentes, servicios sociales reforzados y una gestión ambiental avanzada.
El presidente Xi Jinping, durante la presentación del plan, destacó que “la innovación es el alma del desarrollo y el bienestar del pueblo es el objetivo supremo de nuestro trabajo.” El plan impulsa la construcción de hogares ecológicos y altamente automatizados, accesibles y adaptados para ancianos y niños, con enfoque en facilitar el envejecimiento activo y la atención sanitaria de calidad cercana a la población. Al mismo tiempo, la iniciativa promueve la creación de espacios verdes comunitarios, corredores ecológicos y sistemas avanzados de reciclaje y reducción de emisiones para enfrentar los retos ambientales urbanos.
Un pilar fundamental del proyecto es la aplicación del Internet de las Cosas (IoT), la red de dispositivos físicos conectados que recopilan y comparten datos para mejorar la gestión urbana. En este contexto, sensores y dispositivos inteligentes se usan para gestionar el tráfico con semáforos que se ajustan en tiempo real, optimizando tiempos y reduciendo la congestión. Además, los contenedores de basura equipados con sensores indican su nivel de llenado para una recogida eficiente que reduce costos y emisiones.
El alumbrado público inteligente regula la intensidad lumínica según la presencia de personas, ahorrando energía y mejorando la seguridad. Los sistemas de seguridad integrados con cámaras y sensores acústicos permiten detectar incidentes en tiempo real para una rápida respuesta. A nivel ambiental, sensores monitorean la calidad del aire, temperatura y contaminación acústica, facilitando políticas públicas de sostenibilidad y salud.
Este enfoque refleja la transformación de China desde un modelo basado en un crecimiento acelerado hacia uno más sostenible y humano, enfatizando la resiliencia, la inclusión y la “tecnología para la vida.” Según especialistas chinos, esta estrategia posiciona a China como líder mundial en innovación aplicada a la mejora del bienestar social, con enormes inversiones en inteligencia artificial, IoT y energías limpias destinadas a hacer las urbes más habitables, seguras y sostenibles.
En palabras del ministro de Ciencia y Tecnología, “para 2035, aspiramos a que nuestras ciudades sean ejemplo global en cómo la tecnología puede combinarse con políticas sociales para crear entornos donde todos los ciudadanos prosperen.” Este proyecto abre un horizonte de posibilidades para millones de personas, ofreciendo esperanza en un mundo que afronta retos climáticos y sociales sin precedentes.