

Por: Redacción Central.
Valerga Aráoz, micrófono en mano, con Strassera (der), Salvador y Ledesma (izq).
La Delegación del Gobierno de la Generalitat en el Cono Sur, en colaboración con la Fundación Strassera, conmemoraron el 40º aniversario del Juicio a las Juntas Militares en un encuentro con figuras clave de aquel histórico proceso judicial y destacó el papel de Argentina como referente mundial en la justicia por crímenes de lesa humanidad.
Entre los invitados se encontraban Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz, exintegrantes de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, que juzgó a los miembros de la dictadura argentina. También participaron Julián Strassera, hijo del fiscal de la causa y actual presidente de la fundación, y Daniel Salvador, exsecretario de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).
Josep Vives, delegado del Gobierno en el Cono Sur, resaltó las diferencias con el proceso de memoria histórica en España y enfatizó el compromiso de Argentina con la justicia penal y la memoria activa desde el primer momento.
Josep Vives, delegado del gobierno de Cataluña.
Por su parte, Daniel Salvador destacó que la Conadep buscó la pacificación a través de la verdad y la justicia, logrando restaurar la confianza en una sociedad aterrorizada en un corto período. Salvador afirmó que el legado del «Nunca Más» no le pertenece a un solo sector, sino que es un patrimonio de todo el pueblo argentino.
Ledesma, a su turno, puso en valor la valentía de los testigos que declararon a cara descubierta, a pesar del riesgo de un nuevo golpe de Estado en la incipiente democracia. Valerga Aráoz añadió que, aunque la sociedad no siempre estuvo visiblemente unida, el tribunal recibió un «fantástico apoyo» para llevar adelante el juicio de manera correcta.
Julian Strassera, titular de la Fundación Strassera.
Julián Strassera compartió sus vivencias como adolescente durante el juicio y recordó la lectura del alegato de su padre, Julio César Strassera. Describió el momento en que escuchó el discurso desde una sala contigua y, a pesar de sus 14 años, sintió el impulso de ponerse de pie y aplaudir al final.” Vivimos como familia momentos bastante complejos porque nos amenazaban a diario», recordó Strassera, destacando el sacrificio personal que implicó el proceso.