Por: Claudia Aranda. Fuente: Agencia Pressenza

(Imagen de Claudia Aranda)

En las últimas horas del 29 de septiembre, la Flotilla Global Sumud se encuentra en un punto crítico del Mediterráneo oriental, navegando a las puertas de aguas bajo control israelí y rozando el límite internacional entre la alerta naranja y roja por riesgo de interceptación militar.

Este gran convoy solidario, compuesto por unas 45 embarcaciones y activistas de 44 países —incluyendo personalidades, organizaciones civiles y delegaciones humanitarias— tiene como objetivo romper el bloqueo naval impuesto a la Franja de Gaza y hacer llegar ayuda médica y alimentos de forma directa a la población sitiada.

El episodio que marcó la jornada fue la intervención ejemplar de la Media Luna Roja de Turquía (Kizilay) y la Marina turca, quienes asistieron a uno de los barcos averiados, aportando suministros, equipos técnicos y coordinando la evacuación de cuatro tripulantes. Las imágenes, que circularon en tiempo real vía canales oficiales y redes sociales, muestran el traspaso de cajas y el trabajo solidario en alta mar, con voluntarios turcos junto a activistas internacionales en una escena que simboliza la resiliencia y cooperación global ante la crisis humanitaria.

La situación de la flotilla ha escalado hacia el máximo nivel de alerta por nuevas amenazas explícitas de las fuerzas armadas israelíes de interceptar o abordar las embarcaciones en aguas internacionales, donde la ley internacional protege la libre navegación y el carácter humanitario de la misión. Voceros de la Flotilla reportan ataques con drones, explosiones cercanas en días previos y, sobre todo, monitoreo constante de la marina israelí, generando un ambiente de tensión y expectación internacional. Los organizadores han alertado que cualquier acción en contra del convoy sería considerada agresión contra personal civil y humanitario, y han pedido una vigilancia activa de la comunidad internacional.

Actualmente, el convoy avanza escoltado, recibiendo las últimas provisiones turcas y coordinando la travesía hacia la zona de mayor riesgo, con sus tripulaciones en alerta máxima y listas para documentar cualquier incidente. En medio de este escenario límite, la Media Luna Roja Turca se erige como garante de la asistencia médica y la ayuda humanitaria a bordo, reafirmando el mandato universal de proteger a los civiles frente al bloqueo y las amenazas militares.

La Flotilla Global Sumud, al filo de la frontera marítima, encarna una apuesta ética y política sin precedentes: desobedecer el asedio, registrar cada movimiento y demandar un paso seguro hacia Gaza, apelando a la responsabilidad internacional y la memoria de otros convoys civiles. El mundo observa, la crisis se acelera y la pregunta es si la solidaridad podrá cruzar intacta ante la inminencia de un desenlace militar.