

Por: Rogério Reis Weber
ilustración estilo cartoon creada por IA.
No sé si estaba planificado o si fue solo una tremenda coincidencia histórica el hecho de que los barcos de la Global Sumud Flotilla hayan sido interceptados por las Fuerzas de Ocupación Israelí – IOF , entre la noche del 1 y la madrugada de este 2 de octubre. Sea una cosa u otra el hecho brilla como un sol para llamarnos la atención sobre la efeméride. Y lo primero que me viene es hacer un emocionado saludo : ¡Cumpleaños feliz, Gandhi!
Sí, porque estos más de 500 activistas de 47 países, utilizando métodos de lucha no-violenta, navegaron con “corazones ahimsa” hacia Gaza y lograron romper el peor de los cercos, el de la banalización del mal, con el cual, lo humano, no debe colaborar.
Es verdad que hoy no rompimos el cerco para hacer llegar la ayuda humanitaria a Gaza, y lo más probable es que las toneladas de alimentos para paliar la hambruna y los medicamentos, las anestesias para cirugías, las leches de fórmulas para bebés y las prótesis para los niños y niñas amputados que iban en estos barcos terminen apilados junto a otras toneladas de ayuda humanitaria que nunca llegaron a su destino y que se pudren o son destruidas por la maldad y la corrupción del gobierno genocida de Benjamín Netanyahu.
Se trata de un crimen de guerra más para sumarse a una larguísima cadena de violaciones del Derecho Internacional cometidos por el gobierno sionista de Israel en ocho décadas.
Si tuviéramos que señalarlos en un tribunal israelí hoy, esto no sería posible. Tampoco fue fácil para Gandhi. El Mahatma, que además de un santo pensador era abogado, tenía suficientes argumentos jurídicos y éticos, pero aun así fue por dos veces, en 1922 y en 1942, arrestado y condenado por los tribunales británicos cuando solo ejercía su legítima y no-violenta resistencia ante la opresión que aquel imperio ejercía sobre el pueblo indiano.
Hoy los imperios son otros, algunos en franco declive y esto, queramos o no, compromete, debilita y delimita la acción de la buena gente que hay en los parlamentos y de los tribunales internaciones que se encuentran ante el reto de defender con valentía y de forma rápida y eficaz, sus propios principios constitucionales o los tratados, convenciones y leyes que albergan desde sus fundaciones.
Creo que, así como Gandhi, los activistas de la Flotilla actúan con mucha conciencia de sus derechos y, a pesar del caótico escenario mundial, se encuentran en un recodo de posibilidades en el rio de la historia, ¡y no se detendrán!
Es llamativa la respuesta que, ante las ordenes recibidas por radio de una soldado de la IOF, le ha dado Thiago Ávila, el activista brasileño que comanda la organización de la Flotilla, desde su barco “Alma”.
La soldado israelí decía:
Al que Thiago, desde su barco Alma, con la voz embargada por la emoción y la dificultad de quién, indignado, no pueda hablar en su idioma nativo, respondió, en inglés, más o menos así:
Si la situación fuera menos tensa y si el admirable Thiago Ávila fuera andaluz bastaría con haber dicho bien alto: – ¡Qué me deje!
¡Pero estuvo bieeen! Ha sido cauteloso y de quiebra nos va mostrando y haciendo pedagogía a través de algunas buenas cuentas en redes sociales, que teniendo menos poder e influencia, han hecho mejor labor informativa y demostraron más respeto por el derecho internacional que los cansinos debates y tertulias de los grandes medios televisivos.
Bueno, estamos a 2 de octubre, declarado por Naciones Unidas, el Día Mundial de la No-Violencia, y además de Gandhi, otros referentes de esta metodología de lucha seguramente se despertarán en el corazón de muchos.
En este recodo de la historia hay un magnífico y rompedor movimiento de solidaridad internacional que se desató en las calles de todo el mundo y navega por el Mediterráneo.
Hoy en mar o en tierra se podría gritar: ¡Luther King Presente!
Porque hoy, como decía Silo, pensador argentino y otro gran referente de la No-Violencia, vivimos una “aventura lanzada al porvenir”. Me acuerdo de esto, porque ahora mismo, mientras intento concluir este escrito y salir para la manifestación de Sevilla, las noticias no hacen más que ganar volumen y señalan, a pesar de los números discrepantes, que Israel habría interceptado a 43 embarcaciones de la Global Sumud Flotilla que estaba compuesta por al menos 44 barcos, y que por lo menos uno de ellos, el Mikeno, habría logrado romper el cerco y llegar a aguas palestinas. Además, otras nueve naves de dos colectivos (Thousand Madleens to Gaza y Freedom Flotilla) se encuentran entre la península del Peloponeso y la isla griega de Creta rumbo a Gaza.
Es lógico que queda mucho por tratar, sobre todo si entráramos en cuestiones jurídicas. Desde los núcleos jurídicos de las distintas delegaciones de los países que componen a la GSF, se relatan con farta documentación todas las violaciones a la convención de los derechos del mar que califica lo hecho por Israel como piratería de Estado, o la violación del derecho internacional humanitario consagrado en la 4ª convención de Ginebra, al manual de San Remo, a los incumplimientos a las resoluciones de la ONU, o de la Corte Internacional de Justicia, etc.
Pues, esto, siempre queda mucho que tratar, pero quiero y necesito estar en la manifestación de hoy.
Así que, querido Gandhi, me voy. Antes solo quería decirte que aquel Nobel de la Paz que nunca te han dado encuentran hoy algunos buenos representantes de tus enseñanzas que hacen por merecerlo. Francesca Albanese o la Global Sumud Flotilla, por ejemplo. ¿Te imaginas? ¡Qué buen regalo de Cumple, ehh!
Sí, porque ellos, y muchos desconocidos, lograron que, a pesar de la matanza sistemática de periodistas en la franja, todos los ojos estuvieran en Gaza y que los soldados de las fuerzas de ocupación ilegal de Israel se vean obligados a tratar con cariño tanto a la gente anónima como las figuras merecedoras de su notoriedad como son, por ejemplo, Greta Thumberg, Ada Colau o Nkosi Zwelivelile, el nieto de Nelson Mandela, al que también debemos decir: ¡Presente!