Por: Oscar Herreros Usher. Fuente: https://adelantenoticias.com/
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Vi un posteo en alguna de las redes sociales que llamó poderosamente mi atención. La imagen que encabeza este artículo ha sido compuesta con lo esencial de ese posteo.
Eso significa que en nuestro país una corriente religiosa, el evangelismo, ha pasado a una nueva fase en el proceso de ir tomando progresivamente el poder político para imponer a la totalidad de la población sus creencias dogmáticas excluyentes, totalmente contradictorias con las libertades y garantías que consagra nuestra Constitución Nacional.
Una nueva fase, porque hasta ahora han ido acrecentando su influencia en diversos órganos del Estado, como veremos más adelante, pero el llamado a presentarse a competir por cargos electorales en las próximas elecciones significa que ahora persiguen el poder político formal y con ello acceder a la administración directa de los recursos materiales públicos.
En concreto, la iniciativa pertenece a la Convención Evangélica del Paraguay (CEPA) que se define así: “Somos una organización Pro-Israel de apoyo y fortalecimiento de la ciudadanía y sector evangélico, como así también de las Iglesias, Ministerios en la República del Paraguay, con más de 254 Denominaciones”, según su página web.
Para la clase trabajadora, esto significa una grave amenaza, pues las iglesias evangélicas constituyen el principal instrumento ideológico del neoliberalismo en América Latina. Es necesario justificar esta afirmación y para ello voy a tomar elementos de un video de Santiago Armesilla titulado “La Verdad sobre CALVINO; el Protestante Padre del Capitalismo”, en YouTube.
Podemos encontrar los fundamentos de las iglesias evangélicas en Ítalo Calvino, el gran teólogo de la reforma protestante, ya que el propio Martín Lutero era bastante bruto en estas cuestiones, su aporte principal quizás sea lo de la fe sin obras, o sea, uno se salva por su fe, sin importar que sus obras sean buenas o no.
La premisa primera del calvinismo es la predestinación: “Llamamos predestinación al eterno consejo de Dios por lo que ha determinado lo que ha de hacer cada hombre. Porque Dios no los crea a todos en las mismas condiciones, sino que ordena a unos hacia la vida eterna y a otros hacia la eterna condenación” (Calvino). De entrada, esto es contradictorio con lo que la Constitución Nacional del Paraguay dice en su artículo 46: “todos los habitantes de la República son iguales en dignidad y derechos”, ya que no puede haber igualdad en la dignidad si unos son salvados y otros condenados. Además, de aquí se derivan varias de las lacras, como el racismo y otras, que afligen a las diversas sociedades actuales.
Seguimos citando a Calvino: “El hombre ha de obrar bien, no por cierto para salvarse, sino porque está salvado. Si alguien se conduce virtuosamente está probando su fe y por tanto su elección. Triunfar en la vida, vivir en la prosperidad, no es sino mostrar que Dios es propicio con alguien, que está visiblemente protegido por Él”. Esto ha dado lugar, históricamente, a profundas consecuencias políticas, económicas y de clase.
La riqueza es signo de predestinación. Si te va bien en los negocios, si tenés abundantes riquezas y dinero, si sos un triunfador, es porque Dios te ha elegido. En cambio, si sos pobre, un fracasado, un perdedor, un loser, es porque no gozás de la simpatía divina, con toda seguridad estás condenado. Entonces no hay más remedio, hay que triunfar, debo preocuparme exclusivamente de mí mismo, a lo más de los miembros de mi familia, debo ganar dinero, progresar, sin importar a cuántos o a quiénes deba atropellar. Un amigo mío resumía esto de la siguiente manera: nadie amasa una fortuna sin hacer harina de los demás. Es lo que se denomina la teología de la prosperidad.
Estas son las ideas, disfrazadas de religiosidad, que los calvinistas puritanos traían cuando desembarcaron y colonizaron las tierras norteamericanas desplazando a quienes originalmente las habitaban, constituyendo aquellas trece colonias. La facilidad con que sus descendientes se apropiaron de las tierras, prácticamente exterminando a los nativos, y vencieron la guerra contra México arrebatando más de la mitad de su territorio, es interpretada como una demostración del favor divino, el destino manifiesto.
El liberalismo económico, especialmente su versión actual, el neoliberalismo, según el autor del citado video, no es más que calvinismo secularizado. Afirma el mismo autor que muchos católicos son en realidad calvinistas de rito católico, ya que asumen los postulados del neoliberalismo en lo económico, y el emprendedurismo, el individualismo en lo social.
La clase trabajadora, los diversos sectores populares, los campesinos, los indígenas deben ser conscientes de que si los evangélicos se infiltran en las organizaciones políticas y consiguen cargos de representación popular, irán ganando poder político, se irá cancelando cualquier posibilidad de cambiar su penosa situación, pues la prédica evangélica lleva a la preservación del statu quo, a la perpetuación de las relaciones de clase entre los poseedores y los desposeídos. Sólo una práctica revolucionaria que luche por tomar el poder y construir un Estado dominado por la clase trabajadora podrá lograr la emancipación, la justicia social.
Decía al principio que hasta ahora las organizaciones evangélicas se habían limitado a ganar influencia en los organismos del Estado, sobre todo relacionándose con y captando a las personas que dirigen esos organismos. Cualquiera que asista a un servicio religioso de alguna de esas 254 denominaciones, pero en especial de las más “prestigiosas”, como el Centro Familiar de Adoración, podrá comprobar que muchos de los frecuentadores son políticos colorados, algunos de ellos pastores. Como muestra un botón, mejor dicho, un par de fotos.
Una muestra de la creciente influencia evangélica es la contratación de consultoría por parte del Ministerio de Educación con una empresa dirigida por el pastor evangélico Isaías Vergara, en el marco del diseño de nada menos que el nuevo Plan Nacional de Educación.
También han aparecido noticias tales como: “Sectores evangélicos ligados al cartismo y referentes conservadores de Honor Colorado alertan que el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) estaría promoviendo marcos espirituales «exóticos» en capacitaciones y líneas de trabajo” y “El pastor evangélico Miguel Ortigoza, representante de la ONG evangélica Capitol Ministries, de Estados Unidos, festejó la emisión de la resolución del ministro de educación, Luis Ramírez, que «suprime la palabra género de todos los materiales educativos, cualquiera sea el formato«. El religioso tiene una alta influencia en el MEC, según ratificaron gremios de docentes. Esto en momentos en que nuestro país sufre elevados y crecientes índices de abuso sexual de menores, embarazos adolescentes y feminicidios que sólo se podrían disminuir con una adecuada educación sexual integral para niñas, niños y adolescentes.
Cuando el recién electo presidente Santiago Peña estaba barajando nombres para su futuro gabinete de ministros, uno de los medios de prensa publicaba el siguiente titular: “ONG evangélica extranjera intenta influenciar en elección de ministros del MEC y de la Niñez”. El adoctrinamiento de niños y jóvenes es de fundamental importancia para esa gente.
Para evitar interpretaciones sesgadas debe quedar claro que una de las principales organizaciones religiosas antiderechos es la iglesia católica, por el peso que tiene ideológicamente en nuestra población; los católicos también formaron parte de aquella mesa del MEC en la que en el 2011 lograron estigmatizar y dejar sin efecto el marco rector de educación integral de la sexualidad.
Todo esto demuestra que la ANR, en función de gobierno, está completamente desorientada en cuanto a la educación; en general, su único plan de gobierno consiste en entregar los recursos naturales del país a los grandes capitales extranjeros y aprovechar las migajas que estos dejen caer.
En realidad, el Partido Colorado, junto con las iglesias evangélicas y católica, forma parte de una alianza ultraconservadora que niega derechos a mujeres, adolescentes, niñas y niños.
Por otra parte, la CEPA se autodenomina “organización Pro-Israel”. Esto significa que las diversas agrupaciones que aglutina asumen la ideología del sionismo cristiano, que justifica y apoya los crímenes del Estado sionista de Israel, incluyendo el genocidio del pueblo palestino en Gaza.
La mayoría de los cristianos evangélicos sionistas creen que el regreso de los judíos a la tierra de Israel es un prerequisito para la segunda venida de Jesús. Creencia común entre los protestantes desde los tiempos de la reforma.
Detrás de esta idea, hay una peculiar interpretación de la biblia, de la escatología cristiana, que prevé el retorno de los judíos a la tierra prometida, la reconstrucción del Templo de Salomón, para promover la segunda venida de Jesús y, finalmente, la conversión de los judíos al cristianismo como consumación de los tiempos.
En el año 2018, la CEPA organizó protestas públicas en contra de la decisión del gobierno de Mario Abdo Benitez de retornar la embajada paraguaya en Israel de Jerusalén a Tel Aviv, revirtiendo una disposición del presidente anterior, Horacio Cartes.
El actual presidente, Santiago Peña, restableció lo decretado por Cartes. En Naciones Unidas votó en contra de obligar a Israel detener el genocidio y a permitir el ingreso de ayuda humanitaria para los palestinos de Gaza. Esto tiene la apariencia de alineamiento y subordinación a las políticas del imperio estadounidense, pero se explica mejor a la luz de los postulados del sionismo cristiano y teniendo en cuenta lo que nos muestran las fotos anteriores.
El sionismo cristiano profesa una filosofía subordinada a los dictados del gran capital. Sus principios socioeconómicos tienen influencia más allá del ámbito religioso. La mayoría de los medios corporativos de prensa los han adoptado, así como las organizaciones de clase empresariales y todos los que se oponen a las mayorías del pueblo.
La infiltración de las sectas cristianas evangélicas en las organizaciones políticas, con la finalidad de hacerse con cargos de representación popular, es una grave amenaza para los intereses de la clase trabajadora. El programa socioeconómico de los evangélicos está en consonancia con el gran capital, busca perpetuar el modo de producción capitalista y profundizar la esclavitud asalariada, explotar a las mayorías populares para beneficio de unos pocos. Es necesario tomar conciencia del peligro, organizarse y ofrecer una alternativa revolucionaria, una propuesta de Estado gobernado por las trabajadoras y los trabajadores y al servicio de los intereses de la clase trabajadora.