Por: Agencia InnContext

La crisis hídrica afecta a comunidades rurales, zonas urbanas, ecosistemas y sectores productivos, con especial impacto en las regiones centro y sur de Chile. Según el informe de Transición Hídrica, elaborado por Escenarios Hídricos 2030 (EH2030), el 76% de las comunas del país enfrenta algún grado de riesgo de escasez hídrica.

Chile, el país que se proyecta como el único de América Latina con estrés hídrico extremadamente alto al año 2040 (WRI, 2015), requiere más que nunca respuestas estructurales, colaborativas y con visión de largo plazo para enfrentar la demanda creciente, los efectos del cambio climático y la fragmentación institucional en la gestión del recurso.  

Pese a que el agua históricamente ha estado ausente de las prioridades políticas, se ha posicionado en el centro de la discusión electoral. Con la llegada de Jeannette Jara y José Antonio Kast al balotaje, que tiene lugar el 14 de diciembre, sus propuestas adquieren una relevancia crítica. El objetivo es conocer los planes concretos para garantizar el acceso al agua, proteger los ecosistemas y fortalecer su gobernanza. 

Ambas candidaturas coinciden en la necesidad de aumentar la oferta hídrica, priorizando soluciones la desalación y acumulación (embalses). Las diferencias radican en la secuencia de prioridad de uso y el énfasis en el rol estatal versus el fomento privado.

Jeannette Jara promueve un Plan Nacional de Recursos Hídricos, con desaladoras multipropósito y nuevos embalses. Su propuesta establece una clara secuencia de prioridad de uso: consumo humano, protección de ecosistemas y sectores productivos.  

José Antonio Kast propone un diseño industrial para incrementar el volumen de agua disponible, priorizando nuevas fuentes como la desalación y el reúso de aguas residuales tratadas. Impulsa el fomento a desaladoras privadas y la infraestructura de embalses, buscando el fortalecimiento de la Política Nacional de Agua Potable Rural. 

Dado que la desalación es una solución central para ambos, EH2030 subraya la necesidad de abordar sus desafíos inherentes: la gestión de la salmuera (concentrado salino y contaminantes) para proteger el ecosistema costero y el ato consumo energético, que debe ser cubierto por fuentes renovables para evitar que la solución contribuya a la crisis climática. 

Chile cuenta con el conocimiento técnico, la experiencia territorial y las capacidades necesarias para impulsar una transición hídrica justa, que combine soluciones tradicionales con innovaciones tecnológicas y enfoques basados en la naturaleza. El éxito depende de la articulación intersectorial, la decisión política y el involucramiento activo de la ciudadanía que las políticas trasciendan los ciclos de gobierno. 

El agua no puede seguir siendo un tema secundario en la discusión pública. Escenarios Hídricos 2030 reitera su llamado a la ciudadanía a informarse, participar y ser parte de la construcción de un nuevo pacto hídrico, evaluando qué visión asegura mejor el suministro para las personas, la producción y la naturaleza. 

Escenarios Hídricos 2030 liderada por Fundación Chile, Fundación Futuro Latinoamericano y Fundación Avina, impulsa una Transición Hídrica que permita una reducción drástica de la brecha y riesgo hídrico de Chile, acelerando la implementación de cambios estructurales, soluciones innovadoras, propuestas de política e instrumentos de gestión del agua co-construidos, para alcanzar la seguridad y sostenibilidad hídrica al 2050. Desde el 2016 han participado más de 300 organizaciones en los procesos de co- construcción multisectorial.