Por: Agencia InnContext
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Anaid Alcázar, politóloga mexicana y coordinadora del programa Innovación para la Democracia de la Fundación Avina advirtió que la acelerada transformación tecnológica está redefiniendo las dinámicas políticas, sociales y económicas, instalando a la digitalidad como un nuevo territorio de disputa por el poder. Señaló que, ante la consolidación de narrativas que presentan a la inteligencia artificial y la automatización como “el futuro inevitable”, la sociedad civil enfrenta el desafío de disputar ese sentido común y construir alternativas tecnológicas más democráticas.
Alcázar explicó que el rol tradicional de las organizaciones, centrado en derechos digitales y regulación de internet, resulta insuficiente. “La verdadera disputa es la creación de herramientas tecnológicas propias, que operen con logicas colectivas y no solo de mercado”, afirmó, al destacar ejemplos como el caso de Brasil, donde se avanzó en políticas para frenar abusos de plataformas y limitar la influencia de corporaciones tecnológicas en el territorio.
La especialista advirtió que la digitalidad también reproduce desigualdades, dado que los Estados carecen de infraestructura para garantizar conectividad y capacidades digitales. Esta brecha convive con una paradoja: empresas criticadas por sus prácticas, como Starlink, terminan ofreciendo soluciones reales en territorios donde no llega la infraestructura estatal, concentrando a la vez grandes volúmenes de datos y poder.
Aun así, Alcázar destacó que los entornos digitales siguen siendo espacios de organización y construcción colectiva, capaces de ampliar derechos o impulsar luchas territoriales. “La digitalidad es como la calle: puede ser ocupada por quienes buscan el bien común o por fuerzas antidemocráticas. El desafío es disputar su sentido y reducir las desigualdades para que la sociedad civil tenga presencia real”, concluyó.