

Por: Agencia Pressenza.
Las organizaciones y personas firmantes apoyamos la Campaña Internacional Contra el Gasto Militar. Por lo anterior, queremos señalar lo siguiente:
1.- De acuerdo a información del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar mundial del año 2022 alcanzó su máximo histórico llegando a un total de 2.240 billones de dólares. En nuestro continente, los países que más gastaron fueron Brasil con 20.210 millones de dólares; Colombia con 9.937 millones de dólares; México con 8.535 millones de dólares; Chile con 5.566 millones de dólares; Perú con 2.845 millones de dólares; y Argentina con 2.577 millones de dólares. En América Central y el Caribe, el gasto militar ascendió a 11.200 millones de dólares. En América del norte, Estados Unidos fue el país que más gastó, tanto en nuestro continente como en el mundo, llegando a 876.943 millones de dólares y Canadá 26.896 millones de dólares.
2. – Mientras hay dinero para el gasto militar la pobreza se mantiene o aumenta en todos nuestros países a causa de la inflación, del pago de la deuda externa, entre otros graves problemas que viven muchos de nuestros países. El informe Panorama Social 2022 proyectó que 201 millones de personas (32,1% de la población total de la región) viven en situación de pobreza, de los que 82 millones (13,1%) se encuentran en pobreza extrema. Al mismo tiempo, la FAO ha señalado que cerca de 60 millones de personas pasan hambre en nuestro continente y 131 millones de personas en la región no pudieron costear una dieta saludable.
3.- Lola Castro, directora regional del WFP (Programa Mundial de Alimentos) de la ONU, señaló que “La inseguridad alimentaria seguirá aumentando por la crisis de los precios de los alimentos y de los combustibles causada por el conflicto en Ucrania y las secuelas de la COVID-19”.
4 – La guerra por muy lejos que esté nos afecta a todos. Levantamos nuestras voces y apoyamos los esfuerzos diplomáticos de diálogo y negociaciones para lograr acallar las armas y lograr que llegue la paz entre Rusia y Ucrania, en Yemen, en Sudán, en Palestina, como en otros países que viven conflictos armados.
5 – La verdadera seguridad que necesitan nuestros países, la región, como del mundo, radica en el bienestar social, económico y político de toda la población, en el respeto entre todas las naciones, y en el establecimiento de garantías de protección y seguridad común para todos.
6 – La militarización, como la carrera armamentista, sólo destruye la confianza entre nuestros pueblos y socava los esfuerzos de fraternidad, cooperación y solidaridad entre nuestros países que deberían mirarse como hermanos y no como enemigos.
7 – Exhortamos a nuestros Estados a revitalizar los esfuerzos de integración en nuestro continente, especialmente en la CELAC y UNASUR, para que de manera mancomunada se realicen esfuerzos contra las verdaderas amenazas que enfrentan nuestros pueblos que viven la violencia y la pobreza como consecuencia del neoliberalismo, del saqueo permanente de los recursos naturales, y de la depredación que realizan las grandes Corporaciones y sus Megaproyectos Extractivistas en nuestros territorios.
8 – Finalmente, pedimos que los gobiernos de nuestro continente reduzcan o eliminen el gasto militar y comprometan esos fondos para el bienestar social, en legitimar esfuerzos de paz, de amistad, de unidad, cooperación, y multilateralismo, que nos alejen de la amenaza de la guerra, la destrucción y del aniquilamiento. Lo que se necesita son fondos suficientes para el goce de los derechos humanos, la protección de los recursos naturales (el ecosistema), para la acción colectiva, para la solidaridad, para abordar conjuntamente las emergencias globales de nuestro tiempo.
Atentamente,.
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