sábado 27 de julio de 2024 - Edición Nº2061

Internacionales | 13 feb 2024

La historia de la Humanidad.

¿1,5 para seguir con vida?

La historia de la humanidad se acelera. Los acontecimientos sísmicos que marcan un antes y un después en el sistema mundial están sucediendo con una regularidad sin precedentes. La pandemia del Covid-19, la guerra de Ucrania y el genocidio de Gaza, todo ello en los últimos años.


Por: Internacional Progresista.

La historia de la humanidad se acelera. Los acontecimientos sísmicos que marcan un antes y un después en el sistema mundial están sucediendo con una regularidad sin precedentes. La pandemia del Covid-19, la guerra de Ucrania y el genocidio de Gaza, todo ello en los últimos años. En gran parte del mundo, la política se ha vuelto más volátil, a veces más violenta, y el nivel de vida de la mayoría está descendiendo. Sabemos que vivimos en una época de cambio histórico.

Pero el tiempo geológico, la historia profunda de nuestro planeta, también se está acelerando, y de forma alarmante. Durante los últimos 12.000 años –casi toda la historia humana conocida– hemos vivido en la era geológica del Holoceno. Ha proporcionado un clima inusualmente estable en el que la sociedad humana se expandió espectacularmente. Nos proporcionó nuestras suposiciones sobre la naturaleza: el patrón de las estaciones, la migración de los animales y la temperatura. Pero esa era ha terminado y se está pasando rápidamente a otra.

Lo sabemos desde hace 16 años. En 2008, la augusta Comisión de Estratigrafía de la Sociedad Geológica de Londres publicó un informe en el que presentaba pruebas de que el Holoceno había terminado y de que ahora nos encontrábamos en una era "sin paralelo cercano" en los muchos millones de años anteriores.

Uno de los factores clave que han provocado estos tremendos cambios, literalmente epocales, es la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, que ha provocado un aumento de la temperatura del aire y del agua. Durante casi todo el Holoceno, la concentración rondó las 260-280 partes por millón. Ese es el nivel preindustrial. En 2008, ya era de 385. La previsión para 2024 es de 424. Y va en aumento.

La historia geológica avanza a un ritmo sin precedentes. La historia humana se asienta sobre esa historia planetaria subyacente. La humanidad hace su propia historia, pero no en circunstancias elegidas por ella misma.

Ayer alcanzamos un nuevo hito en estas circunstancias. El Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea informó de que en los 12 meses anteriores se habían superado en más de 1,5 grados centígrados los niveles preindustriales.

Hace apenas nueve años, los gobiernos del mundo acordaron en París que limitarían el calentamiento global a menos de 1,5 grados. "1,5 para seguir con vida" era el mantra. Fracasaron en un tiempo récord.

Los últimos datos científicos sugieren que a 1,5 grados de calentamiento los puntos de quiebre importantes ─umbrales que desencadenan cambios grandes, acelerados y probablemente irreversibles, como el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia─ se vuelven "probables". Nuestro clima, la naturaleza, el medio ambiente –como quiera que lo llamemos– está llamado a cambiar mucho y a perturbar las cosechas, las cadenas de suministro, los sistemas políticos y nuestras suposiciones sobre el mundo.

Pero, contradiciendo el eslogan fallido del fallido proceso de la COP para dirigentes mundiales, seguiremos con vida. La humanidad seguirá existiendo en este planeta menos estable, menos comprendido y rápidamente cambiante que llamamos hogar.

El fin no está cerca, ya ha ocurrido. Hemos dejado una época y se está estableciendo una nueva. Se avecinan cambios drásticos: las personas, la agricultura y las ciudades se desplazarán. Pero resonará una verdad importante: el sistema de gobierno que antepone la riqueza y el poder de unxs pocxs no sólo a la comodidad material y la dignidad de la inmensa mayoría, sino a los propios sistemas planetarios de los que todos dependemos, no puede continuar. Debe ser derrocado y sustituido.

La humanidad está en un camino lleno de obstáculos –y lo estará aún más–, pero por peligroso y aterrador que sea, sólo podremos navegar por él, e incluso disfrutar del viaje, si las fuerzas populares y democráticas toman por la fuerza el volante.

No es 1,5 para seguir con vida. Nunca lo ha sido. El pueblo debe levantarse, unido, para estar verdaderamente vivo.

En solidaridad,

El Secretariado de la Internacional Progresista

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