sábado 27 de julio de 2024 - Edición Nº2061

Internacionales | 18 mar 2024

Paz, No a la guerra.

Una huelga mundial contra la guerra

Nos dirigimos a quienes tienen millones de contactos con el mundo, a un movimiento, a una red, a un hacker que le interese nuestra supervivencia y la derrota de quienes la ponen en peligro. Los nacidos durante la Segunda Guerra Mundial crecieron pensando “nunca más”.


Por: Agencia Pressenza.

A cidade de Milão contra a guerra. (Imagen de Andrea Mancuso)

Nos dirigimos a quienes tienen millones de contactos con el mundo, a un movimiento, a una red, a un hacker que le interese nuestra supervivencia y la derrota de quienes la ponen en peligro. Los nacidos durante la Segunda Guerra Mundial crecieron pensando “nunca más”.

Nunca más una guerra. 50 millones de muertes parecían haber hecho entrar en razón al mundo. Desde entonces, guerra y genocidios nunca han terminado. Tenemos los últimos ante nuestros ojos: el avance implacable de la OTAN; la invasión rusa a Ucrania; el atroz ataque de Hamás y la inhumana respuesta de Israel; el martirio interminable del pueblo de Gaza. Masacres, masacres, masacres. Cuando veo gente ametrallada mientras van a buscar harina pienso que ellos somos nosotros. No en un sentido evangélico, sino en un sentido histórico. Nadie quiere que estemos a salvo. Todos nos quieren armados. Hay un hambre de guerra que se asemeja a los preludios de la Primera Guerra Mundial y presagia la tercera, y realmente última. Tengo miedo.

Todos tenemos miedo. Pero creemos que armándonos nos defenderemos. No, armándonos nos entregaremos a la guerra, al enemigo, a la muerte. Tenemos un sueño. Que alguien que tenga los medios de comunicación adecuados para despertar a la tierra, declare una huelga mundial contra la guerra. Por un día nos cruzamos de brazos. Durante un día no se produce ni se consume. Si tan siquiera el 20 por ciento adhiriese, aunque sea por unas horas, causaríamos daños económicos como diez guerras. Así el mundo se dará cuenta de que existimos: nosotros que queremos la paz, porque la paz es vida. Por supuesto, cada huelga tiene un costo. Pero nada cuesta tanto como la guerra. Como esta guerra. La última.

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