Por: Roberto Parrottino

Foto: ilustración de Pablo Barruti.

Thomas Tuchel devora chocolates en la madrugada del 7 de abril de 2022. Su Chelsea, último campeón, cayó horas antes 1-3 ante el Real Madrid en Stamford Bridge por la ida de los cuartos de final de la Champions 2021/22. Tuchel mira la repetición del partido. Forward. Más chocolate. Le estimula el sistema nervioso central, le eleva el estado de ánimo: la serotonina alivia el estrés. Stop. Escribe como un poseso en su libreta. Camina hasta la cocina. Más chocolate. Es inusual, se dice, que le dure el enojo. Duerme pocas horas. A la mañana siguiente, vuelve a ver el partido. El enojo sigue ahí. En la última fecha de la Premier League, su equipo también había perdido de local, 1-4 ante el Brentford. En la vuelta de los cuartos ante el Madrid en el Bernabéu, ganará 2-3 pero no le alcanzará. En septiembre, los nuevos dueños estadounidenses del Chelsea despiden al técnico con el que el club había ganado la Champions 2020/21.

Tuchel, Xavi Hernández y Jürgen Klopp son hoy los DT del Bayern Munich, el Barcelona y el Liverpool. No seguirán la temporada que viene. Lo anunciaron incluso antes de que el club alemán y el catalán se clasificaran a los cuartos de la actual Champions y el inglés a los de la Europa League. “Ser entrenador del Barça es desagradable y cruel. Sientes que te faltan el respeto muchas veces, que no te valoran el trabajo, y es un desgaste terrible a nivel de salud mental, de estado de ánimo. Soy muy positivo, pero la energía va bajando hasta un punto en el que dices que no tiene sentido continuar”, había dicho Xavi, mediocampista en el Barcelona de Pep Guardiola, uno de los mejores equipos de la historia. “Puedo entender que sea un shock. Amo absolutamente todo de este club, de esta ciudad, de nuestros hinchas. ¿Cómo puedo decirlo? Me he quedado sin energías. Las decisiones se basan en emociones, en relaciones. Necesitan todo de ti. Y yo soy como soy. Si no puedo ser así, se lo digo a la gente y paro. Subestimé mis niveles de energía como si fueran infinitos, pero ahora no es así”, había dicho Klopp, DT emblemático del Liverpool, con el que ganó la Champions 2018/19.

Los entrenadores en el alto rendimiento sufren el síndrome de burnout. Son trabajadores muchas veces millonarios “quemados” o “fundidos”. Psicólogos deportivos señalan que los técnicos de élite se agotan emocionalmente y necesitan distanciarse de las canchas. El síndrome de burnout, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es “una enfermedad que se manifiesta en algunos trabajadores, motivada por el agotamiento físico y mental, provocando una cronificación del estrés laboral”. En los entrenadores, disminuye la valoración del propio trabajo y esa sensación, más tarde, se traslada a la realidad. No importa que sus equipos hayan ganado títulos, que peleen campeonatos, que lideren tablas. No se trata de los resultados. Es un autorechazo, potenciado por la pasión que los convierte en adictos al trabajo y por la alta exposición pública. “Es como si estuvieras cerca de una hoguera, notas que te quema y te quieres apartar rápidamente”, graficó el doctor en Psicología Deportiva de la Universidad de Murcia Enrique Garcés de los Fayos, autor de Burnout en deportistas, a El Mundo.

El miércoles, hinchas de River hostigaron a Martín Demichelis en plena final de la Supercopa Argentina ante Estudiantes en Córdoba. En el último partido en el Monumental lo habían silbado. Su grito de gol tras el 2-1 exhibió tensión interna. La trasladó a la conferencia de prensa. En diez fechas de la Copa de la Liga 2024, siete equipos “quemaron” a los entrenadores con los que habían empezado el torneo: Deportivo Riestra (Matías Modolo), Huracán (Facundo Sava), Atlético Tucumán (Favio Orsi-Sergio Gómez), Sarmiento (Sergio Rondina), Independiente Rivadavia (Rodolfo de Paoli), Platense (Sebastián Grazzini) y Belgrano (Guillermo Farré). En 2023, Fernando Gago abandonó Racing después de haber perdido el clásico ante Independiente en el Cilindro, pero con el equipo líder en su zona de la Copa de la Liga. Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra también dejaron Boca después de haber sido campeones en el fútbol argentino.

Diego Martínez, actual entrenador de Boca, contó que su familia se preocupó porque duerme poco. Y que por las noches, como la protagonista que juega al ajedrez en la serie Gambito de dama, se acuesta y se imagina movimientos y formaciones en el techo. “A veces -describió Martínez- hasta me llevo la libreta para que, si se me ocurre algo, lo anote y no se me pase. Es la pasión que tenemos por esta profesión y la obligación en el club que representamos”. La puesta en duda de Lionel Scaloni acerca de su continuidad en la selección acaso haya sido un revival de Marcelo Bielsa, el DT que lo hizo debutar en la mayor. “Esta selección -dijo Scaloni- necesita un entrenador que tenga todas las energías”. En su renuncia a la Argentina tras el oro en Atenas 2004, Bielsa había dicho: “La energía que exige absorber todas las tareas que implica ser entrenador de la selección ya no están, ya no tengo ese impulso”.

Zinedine Zidane dirigió al Real Madrid entre las temporadas 2015/16 y 2020/21. Fue su primera experiencia como DT: ganó tres Champions (2016, 2017 y 2018). Escribió en su carta de despedida: “He hecho centenares de ruedas de prensa y por desgracia hemos hablado muy poco de fútbol y sé que vosotros también amáis al fútbol. Sin embargo, sin pretender criticaros o daros lecciones, me hubiera gustado que las preguntas no fueran siempre dirigidas hacia la polémica. No olvidemos el fútbol, cuidemos el fútbol”. Zidane no volvió a dirigir. Guardiola se tomó una “temporada sabática” (2012/13) después de marcar una época con el Barcelona. Se fue a vivir a Nueva York. “Se dijo que éramos el bufón de la Champions, ¿qué hacemos ahora?”, apuntó Xavi en la conferencia post octavos ante el Napoli. El año pasado, el periodista Ramón Besa había firmado una crónica: “El Barça, derrotado ante el Shakhtar, es el bufón de Europa”. Xavi renunció el 27 de enero, después de la derrota 3-5 ante el Villarreal en Montjuic por LaLiga. Desde entonces, el Barça se liberó y no perdió (seis triunfos y tres empates). Zidane y Guardiola eran DT primerizos, como ahora lo es Xavi. Es más habitual que un entrenador se queme en sus inicios, ya que carece de la coraza protectora de la experiencia y aún continúa descubriendo cómo manejarse en la comunicación y las relaciones.

Diego Latorre es entrenador recibido pero todavía no ejerció. Trabaja como analista de juego. Hace dos semanas se despachó con un monólogo que dejó en silencio a sus compañeros en el estudio del canal ESPN. “Me han ofrecido dirigir, pero es entrar en una picadora de carne. Hay gente que la veo envejecer en pocos meses, hasta su aspecto cambia porque sufren. Pasa que la adrenalina y la vocación es tan fuerte, y la necesidad en algunos casos, que hacen que puedan resistir, pero es enfermizo lo que pasa dentro del fútbol”, arrancó Latorre. “Hablo con los protagonistas, con los entrenadores: se les hace imposible la semana cuando pierden. Salís a la cancha y a los cinco minutos ya hay una prepotencia, insultos que afectan a la mente. A los seres humanos nos afecta convivir con esa violencia, con ese maltrato diario. Te afecta la salud mental. Uno se siente hasta un delincuente cuando pierde. ¿Cómo puede ser? Es un manicomio mental. ¿Cómo puede ser que perdés un partido y te hacen creer que es el fin del mundo o el apocalipsis?”.

No todas las cabezas de ex futbolistas desean atravesar el trance de ser DT. Germán Denis vive en Bérgamo, Italia. En 26 años de carrera fue delantero de Independiente, Napoli, Udinese y Atalanta, donde fue compañero del último Scaloni jugador, antes de que se retirase en 2015. Una vez, de visitante ante el Palermo, observaban el partido juntos, como suplentes. Antes de entrar, Scaloni le indicó a Denis por dónde atacar, la zona débil del rival. Marcó el 2-0. En Scaloni ya se había instalado el DT. “Ser entrenador te lleva muchísimo tiempo. Si vas a ser entrenador, tenés que hacerlo al 100%. Y es infernal -dice Denis, que trabaja como panelista en el canal Sportitalia-. Tenés que pensar las 24 horas del día solamente en el fútbol. Te levantás pensando en el trabajo, en lo que hacés en la semana, en los jugadores, en la gestión del grupo, en contrataciones, en videos, en mirar los partidos. Más allá de que algunos hayamos jugado en el máximo nivel, no es fácil, no quiere decir que vas a ser buen técnico. Se pueden tener ideas y metodologías, pero al final es la gestión del grupo, si lo que querés, podés transmitírselo a tus jugadores, lo más difícil para un técnico”.

İlkay Gündoğan fue entrenado por Klopp y Tuchel en el Borussia Dortmund, por Guardiola en el Manchester City, y ahora por Xavi en el Barcelona. Levantó la última Champions como capitán del City. Los que lo conocen dicen que será entrenador. Se lo preguntó el periodista argentino Juan I. Irigoyen en El País. “No quiero sonar arrogante, pero creo que tengo potencial. Estuve siete años con Guardiola, cuatro con Klopp y un año con Tuchel. Y ahora tengo a Xavi. Este tipo de personalidades, de alguna manera u otra, te influencian. He visto muchas cosas para convertirme en un buen entrenador, pero no estoy 100% seguro de que quiera que mi vida vaya en esa dirección”, respondió -dudó- Gündoğan.

En una charla entre Latorre y Guardiola para la escuela de entrenadores César Luis Menotti, Pep le dice: “Los entrenadores tienen el derecho a ser felices, no sólo los jugadores. Los entrenadores tienen el derecho de pasarla bien, no sólo los jugadores. Y la única manera de disfrutar es haciendo algo que tú crees”. Los técnicos, en ocasiones, creen que dar un paso al costado es lo mejor antes que prenderse fuego.