Por: Agencia InnContext

Por cada tonelada de CO2 equivalente emitida, los centros de reciclaje evitan la emisión de 36 toneladas
 

Un informe reciente sobre la huella de carbono de tres centros de reciclaje en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires revela que estas instalaciones contribuyen significativamente a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Este estudio, parte del Proyecto de Reciclaje Inclusivo, ejecutado por Fundación Avina, evaluó la relación entre las emisiones generadas y las evitadas, destacando la importancia del reciclaje en la mitigación del cambio climático.

El análisis se centró en la huella de carbono y las emisiones evitadas de los centros, aplicando una metodología basada en directrices de la Norma ISO 14.064-1 y el IPCC. A lo largo de 2022, los centros procesaron en promedio 4.600 toneladas de residuos, de los cuales un 80% fueron recuperados, principalmente materiales celulósicos como cartón y papel. Sin embargo, la gestión energética, en particular el consumo de electricidad, representa el mayor componente de la huella de carbono, lo que destaca la necesidad de optimizar procesos y adoptar fuentes de energía más sostenibles.

Entre los hallazgos, el informe subraya que, por cada tonelada de CO2 equivalente emitida, los centros evitan la emisión de 36 toneladas mediante la recuperación de materiales. Sin embargo, este valor es inferior al promedio de 1:88 registrado en otros países de la región, lo que puede atribuirse a factores como el uso intensivo de vehículos a diésel para la recolección y la menor eficiencia energética de los equipos utilizados en Buenos Aires.

El estudio recomienda incrementar la recuperación de materiales celulósicos y metales no ferrosos para mejorar las emisiones evitadas. Asimismo, se sugiere adoptar tecnologías más eficientes energéticamente y fomentar programas de sensibilización y educación en reciclaje para mejorar la calidad de la separación de residuos en origen.

Aunque los centros de reciclaje de CABA juegan un rol crucial en la economía circular y en la reducción de emisiones, existen oportunidades para optimizar su impacto ambiental. Con una gestión más eficiente y el apoyo de políticas públicas, estas instalaciones pueden posicionarse como actores clave en la transición hacia una ciudad más sostenible y baja en carbono​.