

Por: Ricardo Changala. Cabos Sueltos;
En el Congreso Extraordinario de la FIFA de diciembre de 2024 se asignaron las sedes de los mundiales del 2030 y 2034, en notorio incumplimiento de las propias normas de la institución que obligan a considerar seriamente la situación de derechos humanos de los países aspirantes. Es particularmente alarmante la entrega, sin compromisos reales del país anfitrión, del mundial 2034 a Arabia Saudita. Organizaciones internacionales de sindicatos y derechos humanos han publicado múltiples denuncias al respecto. La FIFA actúa mas como multinacional del entretenimiento que organizadora de competencias deportivas con criterios desiguales que impactan en el tablero geopolítico mundial.