Por: Agencia InnContext

El fallecimiento del Papa Francisco, a los 88 años, deja un legado que involucra a organizaciones sociales de la Argentina, muchas de las cuales contaron con su apoyo directo y sostenido desde antes de su pontificado. Durante su trayectoria, acompaño proyectos vinculados a la justicia social, la inclusión, la lucha contra la trata de personas, el narcotráfico y la explotación laboral.

Desde Ingeniería Sin Fronteras Argentina (ISF-Ar) recuerdan el primer encuentro en 2012, cuando estaban construyendo su primer salón de usos Múltiples en el barrio Ramón Carrillo, Villa Soldati. "Éramos un grupo joven, diverso, movido por el deseo de transformar la realidad desde el hacer colectivo. En una de esas jornadas, el padre Pedro nos presentó al entonces padre Jorge Bergoglio, como él insistía en que lo llamaran. Nos escuchó, se interesó por lo que hacíamos, y vio algo que aún nos sostiene: sumar diversidad y trabajar a la par con la comunidad." Desde la organización destacan que les inspiran su compromiso con la justicia social y ambiental, su “opción por los márgenes, por las periferias, por lo que está en las fronteras y nadie ve; su fe en la fuerza del encuentro en la diversidad”. Para ISF-Ar, Francisco fue “un Papa que puso el cuerpo y la palabra al servicio de las causas invisibilizadas”. “ISF-Ar también cree en eso: en la participación activa como motor de cambio, en una ingeniería que escucha, que aprende, que construye con otros para que lo invisible deje de serlo”.

Lucas Manjón, referente del proyecto Bien Restituido, subraya que Francisco siempre tuvo mucha atención hacia los más humildes y vulnerables, incluso desde su rol como arzobispo de Buenos Aires. "Los más vulnerables también son las víctimas del narcotráfico, de la trata de personas, del trabajo esclavo, de la explotación sexual. Por eso apoyó siempre proyectos que pongan en el centro a los más humildes, a esas víctimas". Relata que el proyecto Bien Restituido fue apoyado por Francisco desde el comienzo, incluso antes de su lanzamiento, y recuerda su intervención en una cumbre internacional de jueces y fiscales en el Vaticano en 2016, donde Francisco “conceptualizó y cerró la cumbre haciendo referencia a la reutilización social de los bienes recuperados del crimen organizado, como desde el año 1996 lo viene haciendo Italia por la promoción de la asociación Libera”. Manjon afirma: "Cuando comenzamos Bien Restituido acompañó y le fuimos contando los avances casi periódicamente. La Iglesia, a través de sus organizaciones, se sumó de manera directa al proyecto en Argentina. Nos abrió el camino a dialogar con otros cultos, con otras iglesias. Envió una carta para ser leída en una conferencia que se realizó en la Facultad de Derecho de la UBA y terminó promoviendo la realización de una conferencia en la Academia Pontificia en el Vaticano exclusivamente sobre reutilización social de bienes”. Según Manjon, el apoyo de Francisco fue decisivo no solo para la visibilidad del tema, sino para generar “un diálogo genuino con todos los sectores, con los diferentes y hacerlos conversar entre ellos”. Este acompañamiento fue clave para que el proyecto de ley obtuviera el mayor apoyo en el Congreso, con más de 40 firmas de ocho bloques distintos. Manjón destaca que Francisco “nos enseñó a sostener un proceso largo y difícil como el que llevamos con Bien Restituido”.

Gustavo Vera, fundador de La Alameda, recuerda que comenzó a trabajar con Bergoglio en junio de 2008, en tiempos en que la organización denunciaba trata y trabajo clandestino en talleres. "Veníamos denunciando temas que no estaban visibilizados en la agenda pública, que no estaban tipificados como delito. A multas de 2008 salió la primera ley integral de lucha contra la trata en Argentina, pero los casos eran subestimados en la justicia y en el arco político. Era una situación delicada tanto para La Alameda como para los testigos". Vera relata que durante la Semana Santa de 2008, Bergoglio habló en la villa 21-24 sobre el “volquete existencial”, insistiendo en que los cristianos debían estar del lado de quienes el sistema excluía. "Era la primera persona de renombre que hablaba de estos temas. En ese entonces, con Juan Grabois le pedimos una audiencia porque los cartoneros también estaban siendo perseguidos. Manifestamos nuestras preocupaciones y le pedimos que nos protegiera para seguir con la misión". Bergoglio organizó una misa a favor de víctimas de trata, explotación, cartoneros y costureros el 1 de julio en la Parroquia de los Migrantes, en La Boca. "En esa misa resaltó el trabajo que hacíamos desde La Alameda y el MTE. Ahí empezamos un camino en común".

Vera relata que el Papa Francisco recibió a víctimas, hacía fotos con testigos para protegerlos de represalias y brindaba apoyo a la organización. “Fue una enorme inspiración y ayudó a instalar el tema de la trata en Argentina y en el mundo”.